viernes, 23 de febrero de 2018







Strip Póker en Familia (4).


Me encontré solo, sentada en el banco de una plaza repasando mentalmente todo lo que había estado en mi vida en estos últimos días, una mujer pasó caminando por mí y me miró sin borrar la sonrisa que llevaba dibujada en su rostro. En ese momento fui consciente de que esta mujer no tenía ni la menor idea de que estaba pensando en ella y que imaginaba lo que había hecho ese día de la lluvia con mi familia, ni siquiera ella había visto desnudos, borrachos y excitados, para el mundo seguía siendo una familia común y corriente pero yo no me excitaba cada vez que recordaba ese juego o las consecuencias del mismo. Muchas veces pensé en lo que era todo esto, sabía que era una completa locura pero mi cuerpo me pedía más.


Aproveche este momento para decidir, siempre que sea posible, con todo esto, para evitar que mi familia para siempre, que sea la mejor época, que pueda dejarlo todo para siempre y que pase el tiempo borrando a nuestra memoria, pero que no puede negar que esto dejaría huellas imborrables . No importaba cuánto tiempo pasara yo recordaba toda la vida que tuve sexo con mi hermano, también podía afirmar que me había acostado con mi madre y lo que estaba pasando con mi hermana luego de la noche de borrachera y que se había quedado grabado en mi mente y debía lidiar con todos esos sentimientos. De a ratos me daban ganas de llorar por haberme hecho hacer las cosas más amablemente y que nunca me lo quise, pero que tenía momentos en que mi libido se apoderaba de mí y buscaba convencerme de que todo era tan excitante que merecía la pena repetirlo.


Me quedé unos minutos observando los peatones en la plaza preguntándome cuántos de ellos tenían relación sexual con su hermano o hermana o tenían algo de sexo oral y algunos de sus padres. Llegué a dos conclusiones, la primera: muy pocos o tal vez ninguno de todos ellos habían hecho algo semejante; la segunda: mi entrepierna se humedecía de solo recordar lo ocurrido. No puedo quedarme toda la vida allí, tengo que volver a mi casa con una decisión tomada, mi madre me dijo que estaba bien porque no estaba arrepentido, esperaba que no se arrepintiera y por todas las cosas, esperaba no arrepentirme yo.


Llegué a mi casa cerca de las siete de la tarde y enfilé directamente hacia mi cuarto para dejar mi bolso con las carpetas de la facultad, encontré a Mayra leyendo un libro acostado en su cama, mi mirada se centró en las blancas y las piernas desnudas, la muchachita sólo llevaba puesto un diminuto calzón y una pequeña chica que le marcaba los pezones.


-¿En qué estuviste pensando? -le pregunté ni bien noté una mancha de humedad en la tela de su ropa interior.


-¿Por qué lo decís? -Dijo bajando el libro y mirándome con sus ojos expresivos; no le respondí, me limité a señalar su entrepierna -ah, no me había dado cuenta, no tengo incontinencia.


-Esa no me la creo, vos estás excitada -le dije mientras me quitaba el pantalón; me sonrió libidinosamente.


-¿Y qué hay si lo estoy? ¿Pensás hacer algo al respecto?


-No, solo preguntaba por curiosidad -me quité el corpiño sin sacarme la remera, si los pequeños pechos de Mayra se marcaban, los míos directamente deformaban la tela por completo -¿no habías vuelto a hacer "cosas" con el tío?


¿Eh? ¿Qué cosas? -intentó la sorpresa.


-Vamos Mayra, no me trates de estúpida. Me imaginé que había pasado algo con el tío después del jueguito de póquer, que era seguro pero que prefería dejarlo como una mera suposición.


-No pasó nada ... nada fuera de lo normal. ¿Por qué lo mencionás a él?


-Porque sé lo mucho que querés, ustedes siempre fueron muy amigos.


-Es porque me da mucha pena, el tío paso por muchas cosas malas y no se las merece, es un buen hombre. La vida fue muy injusta con él, además, siempre me hace reír. Él me aconsejó sobre mi primera vez con un hombre.


-¿Le contaste lo de tu profesor en el gimnasio? -me senté en mi cama sin dejar de mirarla.


-No, le hice preguntas muy generales, sobre si dolía mucho o si era correcto hacerlo con un hombre mayor. Él me incentivó a hacerlo sin saber que yo lo haría. Él no sabía que tu tenías una persona en mente. Creo que en algún momento se generó la ilusión de que me iba a acostar con él.


-¿De verdad creés eso?


-En ese momento no lo creí, pero después de lo que pasó el sábado pasado sé que así es, llamalo "intuición femenina" y me dio pena haberlo ilusionado de esa forma.


-Por eso se la chupaste ... en el juego.


-Sí, creo que se puso muy contento con eso -volvió a sonreír con una picardía que parecía impropia de su personalidad.


-¿Y a vos te gustó?


-Fue un juego, nada más ... y ya se terminó todo eso.


-Sí, es cierto, yo también hice cosas que no necesito repetir, pero he aquí otras que me vieron intrigada pero no se animó a preguntar más nada, volvían a la vista a su libro.


Me tendí en la cama y me quedé mirando al techo durante unos segundos intentando mantener la mente en blanco pero me resultó completamente imposible, mi cabeza se llenó de imágenes sexuales, de aromas corporales y hasta mi cuerpo parecía recordar el contacto directo con otra persona. Me arriesgué y fui hacia adelante como los caballos de carrera. Metí la mano dentro de mi bombachita y comencé a acariciar mi húmeda vagina. Apenas rocé el clítoris sentí un destello de placer que me hizo jadear, seguí a ganar lentamente como si fuera acostumbrado mi rajita para lo que vendría después. Noté que mi hermanita me miraba de reojo pero no le importa, continué para llamarme si estuviera solo en mi cuarto, mis dedos se llenaron del viscoso fluido que manaba de mi cavidad femenina.


-¿Qué hacés Nadia? -me pregunto por el libro sobre su pecho.


-¿Qué te parece que hago?


Para dar más énfasis a mis acciones, me quité la bombacha con mi lámpara y sonrosada almejita e inmediatamente introdujo un dedo y comencé a sacarlo y meterlo rápidamente, la temperatura en mi cuerpo se elevó en cuestión de pocos segundos. Mayra me registró durante unos instantes, procuré no fijarme mucho en ella pero supe que estaba sonriendo. No pasó mucho tiempo hasta que ella también se despojó de su ropa interior y me acompañó en la sesión de masturbación. Nuestros delicados gemidos formaron un lujurioso coro y el ruido que producían nuestros dedos al meterse o frotar las vaginas se hacía cada vez más intenso. Presioné mi clítoris y mi mente dibujó imágenes sexuales que incluyen a los miembros más cercanos de mi familia, incluso llegué a un fantasear con el pene de mi tío Alberto, el cual me atraía menos que mi padre o el de Eric, pero que admitía que me provoca en gran medida, supuse que mi hermanita estaba fantaseando con lo mismo, me gustó ver que sacudió en la cama mostrándome qué tan fogosa era cuando se masturbaba. Llegué a un rico orgasmo mirándola, me tocó intensamente durante unos segundos y cuando todo mi cuerpo comenzó a relajarse, redujo la intensidad de mis dedos. Mayra no dejaba de tocarse.


-¿Te falta mucho? -pregunté luego de lamer el viscoso líquido de mis dedos.


-Un poco -arqueó su espalda elevando su suave monte de venus hasta lo más alto y agitó furiosamente su clítoris.


-¿Querés que te ayude?


-Si querés ... -ni siquiera me miró, siguió concentrada en su tarea.


Me levanté y me acerqué a su cama ágilmente, me tendí sobre ella y coloqué la cabeza entre las piernas de mi hermana menor, su vagina estaba casi tan mojada como aquella vez que jugamos al póker y su dulce me atrajo. No me esperaba más, me acerqué y di la primera lamida, queríamos que lo decidiéramos y comencé a leer rápidamente su clítoris con la punta de la lengua. Con esto también le demostró que lo pasó en el sábado de borrachera que no había sido solo por culpa del alcohol. Me había dado cuenta de lo hermoso y adictivo que podía ser el sexo y sabía que podía disfrutarlo con hombres como mujeres, aunque sean miembros de mi propia familia. Pasé varios segundos dando más largos y sorbiendo sus jugos hasta que llegó eso que Mayra tanto ansiaba, su cuerpo se retorció en un orgasmo, intentó disminuir el ruido de sus gemas poniéndose la almohada en la cara pero yo me mantuve firme succionando su clítoris hasta que estuve segura de haberla deja satisfecha.


-¿Ahora sí me contó lo que pasó con el tío? -preguntó que estaba a un lado y acomodándole el cabello que se quedó pegado en la cara por el sudor.


-Ya me pareció que no tienes estabas tan preocupada por lo del jueguito.


-En un momento lo tienes pero cada vez me cuesta más no pensar de forma favorable en todo esto, ¿no tienes un mensaje que la cabeza te dio un giro completo? ¿No ves las cosas de otra manera?


-Sí, me sigue pareciendo raro todo esto pero me gusta ... y al tío también. Sí, lo pasé con él, no te conté porque pensé que te ibas a enojar.


-Me alegra que no me haya hayas contado a la primera, eso quiere decir que sos reservada.


-Sabes muy bien que soy soya, nunca cuento nada en nadie, no hay que mar se puede hacer, pero con la hermanita, ya tengo mucha confianza, me sonrió y me dio un beso en la mejilla, la verdad es que estaba excitada porque hace una se secó ... se la chupé al tío -sus mejillas se pusieron aún más rojas como por arte de magia y estaba pensando en masturbarme justo cuando llegaste.


-Que quede algo en claro Mayra, podés tocar cuando quieras, aunque yo esté acá, a mí no me moleste ... si es que tú tampoco quieres molestar si quieres hacerlo.


-Trato hecho ... ¿y a tener más amistades como esta?


-Veremos ... -le sonreí- depende de lo bien que te portes. ¿Qué dice el tío de tus "favores"?


-Le gustan. Siempre me dice que lo hago muy bien.


-¿Te acostaste con él?


-No ... eso no. Solamente lo hice con la boca.


-¿Y no importa que seas su sobrina? Aunque ... si me pongo en su lugar ... me gustaría saber que me gusta chiquitarme tan linda como vos la chupe cuando quiero. Sos el premio mayor para él. Todo lo que tienes que hacer es morbo, tu edad, tus tetitas -acaricié sus pezones por arriba de la tela- tus piernas, tu conchita -pasé los dedos por su vagina que aún tienes que lavar tu propia correa y día y noche con este culito -meta la mano más abajo hasta que la punta de mis dedos tocaron el cerrado y mi hermanita.


-¿De verdad pensás eso?


-Mayra, si vos también tienes que pensárselo también porque sos muy ingenua. Es obvio que tiene una hermosa edad y que no tiene ningún adonis, ¿cuántos hombres de su edad tienen una sobrinita tan gauchita como vos? -volvió a sonreír.


-Sí lo pensé pero no creérmela.


-Está bien, algo de humildad no te va a hacer nada mal. ¿Te puedo confesar algo yo también?


-Lo que quieras.


-Me muero de ganas de jugar otra vez al strip póker.


-¡Yo igual! En mi opinión, la última vez cortamos demasiado pronto ... justo cuando la cosa se estaba poniendo interesante ... pero no creo que tuviéramos que jugar otra vez, mamá y papá no van a querer.


-No estés tan seguro ... nosotras dos queremos, el tío seguramente se va a poner de nuestra parte solo para tener la oportunidad de asomarse a tu colita y Eric ... bueno ya sabés como es él.


-Es un pajero ... va a querer seguro. Me sorprendió lo grande q la tiene.


-A mí también


-Y yo calentó.


-A mí también Aunque sea un animalito, hay que admitir que tiene su encanto, es tan bruto que te provoca. Es como coger con un hombre de las cavernas.


-¿Y papá y mamá qué pensarán? Porque si ellos no quieren, no vamos a poder.


-No te olvides de que mamá fue la que organizó todo, no tiene autoridad moral para oponerse.


-Es cierto, pero no se lo puede decir de esa forma.


-No te preocupes, ya se lo dije yo.


-Eso quiere decir ...


-Quiere decir que solo tengo que saber si papá va a estar de acuerdo.


-A él lo vi muy raro durante estos días, no habla con nadie. Con suerte saluda.


-Sí, a mí me dio la misma impresión, a la hora que afectó un poco todo esto.


-También te mira mucho.


-¿What? ¿Cómo que me mira?


-¿No te diste cuenta? Cada vez que pasas cerca se queda embobado mirándote, especialmente las tetas y la cola, para el colmo tienes todo como salves las mañanas.


-Oye, no tengo la culpa de tener grandes, además de que a veces usas pantalones tan ajustados que el culo se te marca como si no tuvieras nada puesto.


-¿Celosa?


-No, para nada Yo también tengo lo mío -di unas palmadas a mi cola desnuda.


-Yo creo que si tiene el deber de hacerlo con un buen escote, ya está a prueba lo que yo digo ... y si no lo convence con eso, entonces no lo convencés más.


-Puede ser, pero no tengo tanto confianza como para hablar directamente de eso, además él es como Eric, un tipo bastante básico, pero con la gran diferencia de que es un hombre maduro y más sensato ... pero si llego a tener la oportunidad de hablarle, voy a tener en cuenta tu consejo.


*****


Al día siguiente llegué a mi casa más temprano, me encontré con que ya todos habían regresado de sus trabajos y cada uno de ellos intentaba ocupar un sector de la casa para sus propias actividades pero era inevitable cruzarse y versar todo el tiempo por lo que no tuve ni un segundo a solas con mi padre, él estaba mirando televisión junto a mi hermano, como era habitual en ellos la programación se centraba más que nada en programas deportivos, los cuales me interesaban muy poco, me enviaba a la derecha de mi papá sólo para esperar una buena oportunidad para hablar pero pero Eric no se movió de su sitio y ya estaba comenzando a aburrirme. Decidí ayudar a mi mamá con algunos quehaceres domésticos y con la escoba en la mano comencé a barrer el piso. Cuando llegué a la zona de los teléfonos en los que estaban sentados los hombres de la casa, mi padre y yo me levantaba el piso cuando llegué a donde estaba mi hermano y yo percaté de que tenía las piernas estiradas los pies sobre un pequeño banquito de madera.


-Permiso Eric, tengo que pasar -no me contestó-, Eric, muevete que estoy barriendo -ni siquiera se volteó para verme- ¡Eric! -le di un leve golpe con la escoba en una rodilla, lo cual lo hizo levantar alto de sus ensoñaciones- te dije que te muevas, estoy barriendo.


-¿No podés hacerlo en otro momento? -me preguntó con el ceño fruncido.


-Es solo un segundo, no te cuesta nada.


-Pero ...


-No jodas Eric, ya sabés que estoy muy enojado con vos así que mejor no me presiones -su piel oscura se puso repentinamente pálida y abrió mucho los ojos.


-¿Enojada por qué? -preguntó mi papá con su característica voz grave.


-Él sabe muy bien por qué -dije manteniendo mi postura de bruja con escoba.


-¿Que Paso? -volvió a preguntar mi papá pero esta vez se dirigió a Eric.


-Es que ... ayer me pidió que poner la ropa en la lavadora pero no lo hice -eso era cierto pero la verdad es que no me había enojado, sabía muy bien que no lo hacía y que al final lo terminaba haciendo yo misma pero decidí seguirle corriente.


-Es que nunca hacés nada, ¿tanto te cuesta levantar los pies un segundo? Ni siquiera estoy pidiendo que salves vos.


-No es mala idea -intervino mi mamá que se estaba secando las manos con un rastro- por no haber hecho lo que pidieron ayer, ahora se puede prohibir los pisos, tu hermana lo hace sin que se lo pidamos.


De muy mala gana y sin protestar Eric tomó la mano y se alejó de nosotros arrastrándonos por el suelo, al otro lado reaccionó como un niño pequeño al que castigan sus padres y en lo que vi que se dirigía a los dormitorios, lo seguí. Lo encontré barriendo su cuarto el cual tenía tanta tierra que se podía sembrar césped en él, o al menos eso es lo que siempre le decía mi mamá.


-Hiciste bien-dije con voz suave, ya sin rencor.


-Sé barrer, tampoco soy tan inútil.


-No me refiero a eso, boludo. Digo que hiciste bien en no decir por qué estoy enojada con vos -se puso nervioso y bajó la mirada como si estuviera concentrada en las partículas de polvo que flotaba en un pequeño centímetro del suelo.


-¿Y qué iba a decir?


-Pudiste decir la verdad, también me gusta que me abra la puerta y apoyé mi espalda contra ella para que nadie nos escuchara pero me alegra saber que podés guardar un secreto. Para que no te sientas mal, puedo decir que no estoy enojada con vos por lo que pasó, el enojo en realidad fue conmigo mismo, por permitir que eso pase.


-A mí me gustaste que hayas pasado con una voz casi inaudible, pero eso no quiere decir que vas a contárselo a alguien.


-¿De verdad te gustó? -No esperaba respuesta- ¿Todavía tenés el video? -contestó que sí- ¿volviste a verlo?


-Un par de veces.


-¿Y ... te hiciste la paja? -Tragué saliva, hablaré con mi hermano tan abiertamente sobre este tema me pondría nerviosa y cachonda a la vez-podés contaría ... si querés.


-Sí, lo hice -movía la escoba de un lado a otro pero en realidad ya no estaba barriendo.


-Yo también lo hice -confesó- pensando en lo que pasó ... -me miró intrigado- ¿qué? ¿Pensás que las mujeres no nos masturbamos? Tal vez no lo hagamos tan frecuentemente como los hombres ... pero lo hacemos.


-Eso quiere decir ... que te gustó lo que pasó.


-Un poco ... fue muy raro. ¿Sabías que nunca nadie me había acabado adentro? Y tú me hiciste las veces que no estaba en la habitación, mi corazón latía como el de un colibrí, me acerqué lentamente a él ... fue muy loco ... me sentía lleno ... de leche. Dicen que los hombres son más gráficos que las mujeres, que se excitan con lo que ven ... y nosotras nos excitan con lo que sentimos, pero yo también veo la verga dura y me caliento, me gusta la mano y me aferré a su duro bulto- ahora sé que puedo confiar en vos -le dije presionando su pene con mis dedos- que no hay nada que contar.


-No pienso contar nada.


-Espero que no cuentes con nadie que haya pasado en el juego de póker -se limitó un negar con la cabeza mientras que tú masajeaste su miembro, el cual estaba poniendo cada vez más rígido- tampoco cuentes lo que hicimos después de acá mismo -introduje la mano en su pantalón y la suave y tibia piel de su pene me provocó todavía más y espero que nunca me haya echado en cara esto, por más enojado que estés conmigo, porque sí que me hagas el corto -saqué tu verga del pantalón y el susurro al oído: - quiero que me llenes de lechita otra vez.


Me puse a hablar de esa manera y más lo hice con mi hermano, me sentí poderosa al ver cómo el pene se le endurecía cada vez más al tiempo. No esperé más tiempo, me puse de rodillas ante él y me tragué la mitad de su verga, dejándola en mi boca durante unos segundos para llenarla de saliva. No sabía quién me provocaba más, el sexo oral o que me trataba de mi hermano, lo que sí podía decir es que me estaba mojando cada vez más.


-Papá y mamá están fuera -me recordó con la voz entrecortada.


-Eso lo hace más interesante -tuve que sacar el pene de mi boca para contestar pero de inmediato volvía a tragarlo.


Sabía que mi cuerpo y mi cuerpo se conformaron con una simple pierna y el tiempo estaba en nuestra contra, decidí acelerar las cosas, me tendí en la cama dejando mis piernas colgando del borde y desabroché mi pantalón de jean, lo bajé casi hasta las rodillas junto con mi bombachita y levanté las piernas, mi hermano se apresuró a sí mismo y pude poner los talones sobre sus hombros, aunque no podía ver bien su cara sabía que él tenía la mirada clavada en mi cuerpo que estaba esperando estar hinchada y apretada entre las piernas y segura daría señales de estar muy mojada porque así lo sentía yo. Él intentó clavarme su gruesa verga de una vez pero no solo no consiguió meter más que la punta que también me hizo doler un poco.


-Esperá Eric, todavía no me has dilatado bien-dije con el autoritario pero sin levantar la voz- pasala por afuera un ratito.


-¿Cómo por afuera?


-¿Acaso tengo que enseñarte todo?


Me esforcé por agarrar su miembro con la punta de mis dedos y lo encajé en la cañaleta que formaban mis labios vaginales, lo que me obligó a retroceder para adelante pero sin meterlo, el roce de ese tronco de carne contra mi clítoris me agradó tanto que tuve que esforzarme por contener un gemido. Él recorrió toda mi empresa y en varias ocasiones la punta de su verga rozó contra mi ano produciéndome un cosquilleo agradable, lo dije así que me gusta y me gusta repitió varias veces haciendo que mi temperatura se elevara rápidamente.


-Ahora sí metemela -le dije después de unos segundos- hasta el fondo.


La adrenalina me invadía y la excitación me detenía en lo que sentí ese duro mástil enterrándose en mi cuevita, invadiéndola y ensanchándola. Mantuve la calma tanto como pude y me dediqué a disfrutar de esa maravillosa sensación de tener siempre presente que esa no es la verdad o la verdad de mi hermano. El vaivén comenzó lento pero no se detuvo, supuso que él intentaba que el pene no abandonara, que a la vez, luego comenzó a clavarme con mayor intensidad y yo apreté y estrujó las sábanas, manteniendo mis ojos cerrados e intentando no jadear muy fuerte. Me dejé coger por unos minutos hasta que me decidí a dar un paso más adelante al mundo del sexo incestuoso.Le pedí un Eric que se aparte y así mismo como estaba, con el pantalón por las rodillas, me puse en cuatro patas sobre la cama, dejando mi colita apuntando directamente hacia él. Me llené dos dedos con saliva y humedecí mi ano.


-Haceme lo mismo que le hiciste una mamá -esto me provocó mucho porque recordaba claramente como él había metido por el culo de Viki y cuánto ella había disfrutado- quiero sentir lo mismo.


-¿Estás segura? La vez anterior te dolió y te enojaste.


-Me enojé porque lo hiciste sin permiso, ahora te estoy estoy dando. Dale apurate, antes de que venga alguien.


Apuntó su arma punzante contra mi agujerito más sensible y prohibido, su glande estaba bien lubricado gracias a mis jugos vaginales pero no sabía si esto iba a ser suficiente. Por favor, no me importaba que me doliera por mi propio miedo, no me importaba que me doliera pero mi inconsciente era mi opinión. Justo en ese instante vi un pote de gel para el cabello sobre la mesa de luz de Eric.


-¿Eso es sin alcohol? -le pregunté.


-Creo que sí -comprendió a lo que yo me refería y lo buscó de inmediato.


Corroboré que el gel no contenía alcohol y que, en consecuencia, indicaba claramente la etiqueta en la parte frontal, me lavaba los dedos con abundante gel transparente y luego lo unía sobre el pene de mi hermano hasta dejarlo completamente cubierto con una capa fina de viscosa. un posicionamiento detrás de mí y sin hacerme esperar me volví al ataqué. La diferencia fue muy evidente, el pene abrió mi año y comenzó a presentar como si nadie se atreviera a detenerlo.


-Así ... ay así ... se me está abriendo -lo decía porque no podía creerlo.


Presionó con fuerza hacia adentro logrando enterrarlo aún más pero superando que era solo la mitad de la longitud total de su miembro, comenzó a ser un ritmo lento, el dolor era agudo pero se confundía con el placer, admitía que se sentía mucho mejor que la primera vez en la que yo la metió de improviso. La lubricación era de gran ayuda y hacía que el miembro se deslizara con el alcalde facilidad sin lastimarme.


-Más adentro Eric, toda la noche, después de haber apretado los dientes y resoplar tal y como había visto a mi madre, esa noche de strip póquer.


-No entra más


-Entonces dame ... dame más fuerte.


Él cumplió con mis órdenes, aceleró su vaivén y el recorrido del pene en mi interior se hizo mucho más evidente, me dio la impresión de sentir en el más hondo de mis entrañas pero por otra parte, sabía que podíamos ver, más oscuro, como si se trata de un martillo neumático, cada embestida alcanzaba socavar un poco más y adentrarse en la oscuridad, mi culito ardía pero el placer partía de la boca de mi estómago y se dispersaba hacia todo mi cuerpo.


-¡Eric! ¿Estás ahí? -era la voz de mi papá al otro lado de la puerta.


-Sí papá ¿qué pasa? -respondió mi hermano intentando no evidenciar su agitada respiración.


-¿La viste a Nadia?


En ese momento me asusté, no supe cómo reaccionó mi padre si llegaba a ver en esta situación, una cosa así era en un juego que presumía de inocente y otra muy distinta era estar cogiendo descaradamente cualquier hora del día.


-No ... hace rato que no la veo -resultaba obvio para mí que se esforzó por respirar con normalidad y esperaba que Pepe no lo notara- ¿para qué la necesitás?


-Para nada, si la ves avisale que dentro de un rato vamos a cenar.


-¿No es muy temprano para cenar?


-Bueno ... dentro de un rato largo, pero tu madre me dijo q les avise ... ya era como ella -supe que todo esto era treta de mi madre, seguramente ella sospechaba que yo estaba en el cuarto de Eric haciendo esto y ahora debería estar regocijándose al saber que nos estamos poniendo en una situación de lo más incómoda- solamente eso, si la ves avisale.


-Está bien -tomó aire por la nariz- si la veo le digo.


-¿No vas a mirar el partido? -volvió a preguntar mi padre.


La tensión se estaba haciendo tan grande que mi calentura se disparó por los aires, comencé a mover mi cola para todos los lados, me gustó, me gustó, me gustó, me gustó y me gustó. lo que me vi obligado a morder una almohada para no gritar Eric comprendió lo que yo buscaba y forzó la penetración haciendo que, por fin, el pene se clavara hasta los huevos en mi culito. Casi arranco un pedazo de almohada y creí que los ojos se me salieron al interior tan solo, mi hermano se apresuró a hablar para opacar mis gemidos:


-No tengo ganas de verlo, es un partido bastante aburrido, no juega nadie importante.


-Sí, tenés razón. Bueno, hemos visto más tarde mi padre, ya estaba intentando leer la puerta y ya no tenía excusas para permanecer allí y no tuve más remedio que marcharse.


Eric no se detuvo ni un segundo y mi colpo supuso un agradecimiento, fue más rápido que lo que creció y que ahora se resuelve con más facilidad, el problema fue que el dolor también se incrementó, el número de varios puñetazos al colchón sin dejar de morder la almohada, puede tener las gotitas de sudor bajando por mi frente y mis mejillas y el pene entrando y saliendo cada vez más deprisa.


-¿Te duele mucho Nadia?


-Vos seguí ... -me dolía la mandíbula de tanto morder y intentaba recuperar el aliento- a mamá también le dolió pero no paraste.


Creo que el recuerdo de esa escena lo incentivó porque comenzó a embestirme con furia, no podía creer que mi culto era tan amable de creer que no me gusta, que tampoco lo había hecho, una vez que se acostumbre a un dolor de este tipo se sienta y se sienta como tornaba más intenso. Sus piernas chocaban contra mis grandes nalgas produciendo un inconfundible chasquido, esperaba que nadie pudiera oírlo desde afuera porque no quería que él se detenga, yo estaba partiendo al medio y yo ya no necesitaba nada. Cerré los ojos y apoyé a un lado de mi cara en la almohada y yo dediqué a disfrutar. Poco a poco todo se hizo más suave, la verga se deslizaba con mayor facilidad en mi interior y mi las raíces de mi cabello estaban empapadas de sudor. Entré en un trance sexual un nirvana que no parecía tener principio ni fin. Dejó que Eric hiciera todo el trabajo y que se delegara con mi culito, y que lo tuviera tanto como yo. De a ratos miraba el reloj en su mesita de luz y podía ver el paso del tiempo, cinco minutos, diez minutos y mi culito para recibir y recibir, dilatando y amoldándose a ese grueso y tieso pedazo de carne.


-Ay hermanito, qué aguante tenés, yo soy un matar -le dije jadeando como una puta en celo- me lo vas a dejar todo abierto -era más una expresión de deseo que una afirmación.


-Me encanta tu culo Nadia.


-¿Te gusta mucho?


-Sí, lo tenés hermoso, siempre te lo miro.


-Ahora estás haciendo más que mirar, me encanta la palabra que salía de mi boca encendía una pequeña llama de lujuria en mi psiquismo, no quiero terminar, seguí dándome sin parar.


Él parecía un burro en celo, no dejaba de bombear ni por un segundo aunque a veces reducía el ritmo hasta un lento vaivén para recuperar el aliento, gracias por estar en un excelente estado físico, esto lo permitía retomar el ritmo frenético con el que martillaba algún punto imaginario en lo profundo de mi culito. Hace más de 20 minutos desde que comenzó a ser usado por atrás, el pecho se me llenaba de las mariposas al pensar cómo me quedaría la cola después de tan intenso tratamiento, esperaba que el próximo fuera de mi vida fuera menos doloroso y más placentero pero nunca olvidado que el primero en explorarlo había sido mi hermano El fin llegó como llega a todas las cosas buenas, el torrente de leche me inundó.


-Ay si ... llename ... llename de lechita -le rogué mientras me masturbo en una posición sumamente incómoda pero no quería mover ni un milímetro.


El macho cabrio en el que Eric me había convertido era uno de los más grandes momentos de placer de mi vida, ya que estaba tratando su propio cuerpo y no podía pensar en la vergüenza que me provocaba sentirme algo por él, todo lo contrariamente, eso me había calentado aún más, él siempre había sido más fuerte que yo y tú me había resistido durante años y ahora estaba entregada a él para que me hiciera todo lo que quisiera, me había hecho suí, me había llenado con su semen por mis dos agujeritos y había dejado una huella imborrable en mi memoria. Entre embestidas y descargas de leche, me hizo sujetó por el pelo, no sabía si podía recordar lo mucho que yo detestaba esto pero sorprendentemente en ese momento no me molestó, ni siquiera mi cabeza hacia atrás y yo seguí ensartándome con furia.


-Ay si -dije con voz ronca- Haceme tuya Eric -era mi inconsciente el que hablaba porque no recordaba haber formulado ninguna de esas frases- dámela toda -podía sentir espasmos en mi vagina, yo había invadido un orgasmo mientras mis dedos presionaban y frotaban el clítoris- partime al medio.


Tiró con tanta fuerza de mi cabello que me obligó a levantarme y pegar mi espalda a su pecho, luego me obligó a girar la cabeza hacia un lado y casi un segundo después de estampó hacia la boca contra la mía. No vi venir eso, no lo esperaba en absoluto, una cosa era entregar sexualmente a él pero consideraba un beso algo más sentimental. No tuve fuerzas ni ánimo para oponerme, dejé que su lengua invadiera mi boca cuando aún sentía su verga bien enterrada en mi culo y mi conchita salpicando jugo para todos lados. Sus labios eran gruesos y estaban secos pero cuando mi saliva los humedeció los encontré increíblemente varoniles, me conmovió y me calentó a la vez, supe que ya era yo quien buscaba su boca y disfrutaba entrelazando mi lengua a la suya.


Cuando me soltó la cabeza como una bolsa de papas, mi cuerpo parecía haber perdido los huesos, sacó la verga de mi culo y juntó las energías de ningún lugar, moví las piernas intentando quitarme el pantalón del todo y por suerte él comprendió mi gesto y yo Me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, me gusta, no me gusta, no me gusta, no me gusta, no me gusta. sábanas. Me calentaba mucho que mi hermano me venía masturbándome, seguramente había fantaseado con eso muchas veces porque me miraba con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Tuve un segundo orgasmo, no fue tan intenso como el primero pero sí fue uno de los que más disfrutó en mi vida, cada uno de mis orgasmos fue especialmente y agradecía enormemente a quien corresponda por eso, en este caso, a mi hermano.


Me llevó varios segundos serenarme. Estaba agotado, había tenido un largo día de actividades y mi cuerpo no estaba preparado para una sesión de sexo tan intenso. Adormilada me acomodó en la cama y notó que mi hermano se acostaba junto a mí, aunque no lo vi porque tenía los ojos cerrados. Quedamos frente a frente, lo supero porque sentí su respiración muy cerca de mi boca, me abrazó envolviéndome con sus brazos gruesos como si fuera tu novia y volviste un beso en la boca, esta vez ni siquiera reaccioné, lo dejé hacer lo que quisiera , yo era peso muerto, pero era muy feliz y extraño que lo parezca, el hombre que me hacía feliz era el que más conflictos me generaba pero no diría nada al respecto, mantendría todo como una noche tardía noche de sexo y descontrol.


*****


Cuando me desperté de la cuenta que todavía estaba en la cama de Eric y que supe de inmediato que ya era muy tarde, la hora de la madrugada. Eric dormía a mi lado tranquilamente con un manto cruzando mi cintura, por la escasa luz de la habitación pude notar que estaba babeando la almohada y tuve que contenerme para no volver, siendo el mismo Eric de siempre. No importó lo bien que cogiera, él es mi hermano y yo lo quería como tal, aunque ahora lo apreciaba un poco más que antes. Acaricié su áspero mentón cubierto por barba de unos días y lentamente fui levantándome, procurando no despertarlo. Cuando logré bajar de la cama, busqué mi pantalón en la oscuridad y salí del cuarto, desnudo de la cintura para abajo. El pasillo que daba a las habitaciones estaba desierto, sonreí y terminé de desnudarme dejando que mis grandes y erguidos pechos me señalaran el camino, los pezones apuntaban siempre hacia adelante y los seguí hasta llegar al baño. Abrí el grifo y llené la bañera con agua para luego zambullirme en ella. Me sorprendí al no sentirme emocionalmente ni espiritualmente, solo me sentía sucia físicamente y se debía a la mezcla de líquidos corporales que se había secado en mi cuerpo.


Recordé la partida de póker que mi madre planearía y tú podrías afirmar, el lugar donde dudas, que Eric quería participar en ella, que ahora no estaba enfadada con él y que estaba dispuesta a hacer muchas locuras, seguramente eso lo calentaba más y me jugaba las tetas a que ya estaba fantaseando con una mamá ya de Mayra. Especialmente a Mayra, que era la única de las mujeres de la casa que aún no había hecho su propia pero al menos había recibido una leve probadita.


Mientras divagaba y pensaba en todo esto, la puerta del baño se abrió y vi entrar a mi tío Alberto, él se sobresaltó mucho al verme.


-No te asustes tío, no soy un fantasma-dije con una sonrisa. Sus ojos como de cordero degollado se clavaron en mis tetas, las cuales sobresalían de la bañera.


-¡Nadia! Casi me matás del susto ¿qué hacés bañándote a esta hora?


-No tengo que dormir ¿y vos qué haces deambulando?


-Vine a hacer pis -se quedó parado junto a la puerta sin moverse y sin dejar de mirarme, con el cual podía adivinar el resto de mi anatomía debajo del agua transparente.


-Bueno, hacécelo tranquilamente, mientras que tomaba una barra de jabón y comenzaba a pasarla por mis grandes y macizas tetas.


El titubeó unos instantes pero al final recordó que ya nos habíamos visto bien desnudos. Sacó su oscuro pene y casi al instante comenzó a orinar. Simulé estar concentrado en mi propio cuerpo pero de vez en cuando en la miraba de reojo, en mi lugar conmigo mismo, la situación me pareció más divertida. Cuando terminé hacer algo así que no lo esperaba, se acercó a los lavamanos, abrió el grifo y puso su pene cerca del chorro de agua, luego lo lavó.


-No sé que los hombres se lavaron después de orinar -le dije.


-Normalmente no, pero a mí me gusta hacerlo, es más higiénico y solo toma un segundo.


-¿Y luego quién limpia el lava manos?


-Yo, siempre dejo todo limpio.


-Ah, me parece bien, porque ahí yo me lavo los dientes -ambos sonreímos.


-Nadia, te has metido cada cosa en la boca ... como una de sus típicas bromas pero se detuvo en seco pensando que había ido de lejos.


-La verdad que sí ... cada cosa ... -puse mis ojos en blanco, recordando la vez que hice la paja y lo que estaba cerca de mi boca y también recordé cómo Mayra se la chupaba y cómo se tragaba el semen.


Sacudí mi cabeza volviendo a la realidad y me puse de pie, el agua comenzó a caer por todo mi cuerpo y mi tío quedó en el anonimato, el momento en el que se puso rígido, como si tuviera un interruptor. Ahora sus ojos se movieron por todas mis curvas, se deleitaron con mis pezones y se perdieron en mi entrepierna sin dejar de moverse ni por un segundo.


-Sos muy parecida a tu mamá, cuando ella tenía tu edad era igualita a sí misma con las cejas arqueadas y la mano derecha aferrada a su miembro.


-YY también se paraba cuando veías a mi mamá? -esto lo tomó por sorpresa, por primera vez en mi vida lo vi sonrojarse, él que siempre hizo bromas pesadas había recibido un comentario que lo dejaba con la guardia baja.


"Eh ... por qué lo decís? -preguntó estúpidamente.


-Porque la tenés dura tío -le sonreí burlonamente- y porque a mí me dio la impresión de que no era la primera vez que veías desnuda a Viki esto fue como en el póker, no tenía pruebas para sostenerme esta afirmación pero yo la jugué igual esperando que él se lo creyera.


-Es cierto, no fue la primera vez ... ni la segunda.


-¿Y cuando la viste desnuda? -caminó con cuidado fuera de la bañera, podría haber tenido una toalla y comenzar a secarme pero preferiría que mi tío se hipnotizara con toda mi desnudez.


-Hace muchos años, cuando éramos unos retoños, ella había tenido la edad de tu hermana o un poco más, nunca más que ver más se endurecía más.


-Contame cómo fue -le dije exagerando mi entusiasmo, pero sí me moría de ganas por saberlo, mi madre me había contado con los juguetes con Eric pero no me he visto en mi hermano y yo sabía muy bien que yo tenía relaciones sexuales con él loca noche de póker y alcohol- ¿todavía te acordás?


-¡Claro que me acuerdo! No estoy tan viejo. Me acuerdo como si hubiera sido ayer. La primera vez fue una mañana en la que descansaba del trabajo, me acuerdo porque me levanté tarde -hablaba automáticamente, su atención se mantuvo centrada en mi cuerpo, especialmente en mi clítoris que asomaba sugerentemente- cuando pasé caminando por delante de su cuarto la vi completamente desnuda Ella se asustó porque creía que estaba sola en la casa, ese día me enteré que la gustaba y la desnudaba, además hacía mucho calor, que había hecho lo mismo.


Noté que acariciaba su pene mientras que yo lo narraba lo sucedido, yo permanecía de pie frente a él como si llevara ropa, mis pezones se pusieron rígidos, producto de estar mojada en plena madrugada.


-¿Te sorprendiste mucho al verla así? Ella debió ser muy hermosa de joven.


-Sí que lo era ... y lo sigue siendo. Te repito, era muy parecida a ti y me sorprendió que fuera tan ... voluptuosa, pero esa vez no fue la única vez que la vi sin ropa, un tiempo después pasó algo de lo que ella también se debe acordar muy bien, tú llegué a la casa y la encontré ... teniendo relaciones con un amigo en el sofá, esa vez ...


-¿Cómo estaban? -lo interrumpí.


-¿A qué te referís?


-como lo que estaba haciendo -me producía mucho morbo imaginario a mi madre cogiendo con alguien.


-Este ... -por un segundo creí que no me contaría- Viki estaba en cuatro en el sofá y el chico detrás de ella, al parecer el muchachito estaba muy emocionada por el poder de la mujer, se movía como poseída y ella ... ya ella parecía gustarle mucho ... pero tú me enojé, me enfadaba porque me parecía una falta de respeto que lo estuvieran haciendo en plena sala de estar en la casa de mis padres, me enamoré tanto que saqué una patada al pelotudo.


-¿No ser que te dio celos? Tal vez querías ser el que estaba en el lugar de ese pibe.


-No ... tú ... -abrió los ojos, nunca había visto a mi tío Alberto tan confundido.


-A mí me lo puedes contar, con confianza ... a mí me da la impresión de que Eric me mira de la misma forma y me gustaría tener una opinión masculina al respecto ¿nunca fantaseaste con tu hermana?


-Bueno ... ella era muy hermosa y como te dije, la vi desnuda ... y en pleno acto sexual, no es como verla solamente desnuda ... ella se enojó conmigo por como reaccioné, me gritó de todo y no me habló durante varios días.


-Eso no me responde la pregunta ¿te calentabas con ella, si o no?


- Me dijo por fin agarrándose a la verga con fuerza - creo que fue eso, me enojé porque no era yo el que ... el que estaba ahí con ella.


-Seguramente disfrutaste mucho el juego de póquer, pudiste verla desnuda una vez más y hacer varias cosas con ella ...


-Eh ... sí, estuvo bueno -la seguridad característica y prepotente de mi tío parecía desmoronarse.


-También pudiste metérsela.


-No, eso no ...


-No me mientas, tú te vienes saliendo de su cuarto aquella noche -le sonreí con simpatía- también escuché como gritaba ella ... solo tuve que sumar dos más dos.


-¿Y a vos te molesó eso? -de la punta de su pene goteaba líquido preseminal y tú sabías que la humedad de mi vagina no me gustaría.


-Al parecer a mi papá no le molesto, así que a mí tampoco. ¿Te pones incómodo que te pregunte todo esto? Sólo te pregunto porque me da curiosidad.


-No, está bien, no me molesta.


-Intenté hablar sobre esto con mi mamá pero no tuve suerte -mentí- no sé qué pasó allí dentro ¿me podrías tener contar?


-¿Estás segura que querés saber Nadia? Mirá que no es algo para estar contando.


-Es cierto, pero somos de la misma familia, vivimos en la misma casa y queremos creer que tenemos la confianza suficiente para hablar de sexo sin tantos tabúes.


Bajé la tapa del inodoro y me envió sobre ella, él giró para quedar frente a mí. Creo que en ese momento perdió los estribos porque me acercó rápidamente y cuando abrí la boca para decir algo me atacó con su pene, obligándome a tragarlo, me agarró la cabeza y el sabor amargo de su jugo preseminal me llenó la boca. Tan rápido como yo embistió, retrocedió y lo miré a los ojos, boquiabierta.


-¡Epa! -fue lo único que atiné a decir.


-Perdón Nadia -parecía asustado- no sé qué me pasó ...


-Está bien, no me molesto -sonreí libidinosamente- podemos hacer una trato, vos me contás qué pasó en el cuarto con mis padres y tú te la chupo.


-¿De verdad?


-Palabra de sobrina -levanta mi mano como si fuera un Boy Scout- si es que vos querés ... -volví un sonreír y pasé un dedo alrededor de mi pezón derecho. Siempre me consideré una chica normal en cuanto al sexo, pero había descubierto que estas actitudes de "puta" me calentaban mucho, lo bueno es que nadie se entretenía de esto y podía seguir aparentando la normalidad frente a mis amigos.


Él no lo pensó dos veces, esta vez me ofreció su durara verga dejándola en algunos centímetros de mi boca y cumpliendo con mi palabra comencé a lamerla y presenté el glande para poder apretarlo con mis labios, no me considero una experta en el sexo oral pero al menos, tenía un mínimo de experiencia e intentaba hacerlo con buena actitud, demostrarle a este hombre que yo también disfruta de hacerlo.


-Este ... no sé cómo contar esto significa mi tío evidentemente nervioso por la situación mientras que mi lengua jugueteaba con la punta de su verga.


-Podrías comenzar diciéndome qué pasó solo entraste al cuarto de mis padres.


-Eh ... sí -hizo una pausa, solía ser un hombre que hablaba mucho pero ahora le costaba encontrar las palabras- apenas entraba que estaba con Viki en la cama ... y ...


-¿Y la estaba metiendo por el culo? -tuve que sacarme el pene de la boca una vez más para acelerar el relato de mi tío.


-S ... Sí, ¿cómo sabés?


-No lo sé, solo yo lo imaginé ... después de lo que Eric le hizo a mi mamá en el juego de póker, me pensó lógico que mi papá quería hacer lo mismo. Tío, vos siempre fuiste muy directo para decir las cosas, a veces hasta mí molestaba tu forma de hablar, pero ahora no, de verdad. Podéis contar conmigo todo de forma directa, sin tantas vueltas -esperaba haberlo hecho reaccionar con esto y retomar mi tarea hundiendo el falo hasta lo más profundo de mi garganta.


-Está bien ... voy a hacer lo que pueda -acarició mi cabeza- cuando los vi así yo también tuve ganas de hacer lo mismo, por suerte Viki estaba tan borracha que ni siquiera se sobresaltó al verme, al contrario, me hizo señas para que me acercara ... yo estaba desnudo, como recordarás y tuviste la duramadre como ahora. Lo único que se escuchaba, además de su voz, era el sonido viscoso que producía el pene entrando y saliendo de mi boca, tu mamá actuó de forma inmediata, apenas me acerqué comenzó a chupármela ... ¡qué bien que la chupa esa mujer! vos lo hacés casi tan bien como ella. A Pepe haya no molestarle el verbo allí, ya no me gusta y no me gusta, ya que me gustaría tenerlo con mi amiga, pero me gustó mucho, pero me gustó mucho. encantó ver cómo ese culazo se comía toda esa verga ... ya me gustaría tenerlo, pero estoy muy orgulloso de la mía, una de esas palabras me encendía más y me incentivaba a chupar con mayor ímpetu en un momento tu papá dijo que ella tenía que probar por los dos lados a la vez, yo nunca había estado en un trío pero en esa ocasión me importaba muy poco, estaba fantaseando con Metérsela a Viki por donde sea. Ella me hizo la noche en la cama y cuando sentí esa conchita abriéndome para mí casi me vuelvo loco, se la mandé hasta el fondo de una sola vez y ella gritó, pero más gritó cuando tu papá la volvió a clavar por el culo, no gritaba porque le doliera, ya tenía todo bien dilatado, era obvio que le gustaba. Te voy a decir una cosa Nadia, si tu hermano me mira igual, dejá que te coja ... no te das una idea de lo mucho que calienta eso, a mi Viki casi me hace terminar en un segundo, tuve que serenarme un poco para poder aguantar.


Lamí los testículos de mi tío y volví a chupar con fuerza su glande, la tragué completa tres o cuatro veces y luego lo miré a los ojos.


-Sé muy bien lo que se siente, Eric ya me cogió y no hablo solo de la noche de póker.


-¿What? ¿De verdad lo hicieron? No lo puedo creer


-¿Pensabas que me iba a quedar con las ganas después de lo que pasó? No tuve la oportunidad de descargar esa noche, no fue la primera vez que Mayra me contó porque me pareció algo más que lo que creía lo de Eric lo incentivaría a seguir contándome.


-Entonces ya sabrás como me enviaste esa noche con tu mamá ... casi te arrancó las tetas de tanto chupárselas -hasta escuchar esa palabra volví un mandar el pene dentro de mi boca- quería hacer mil cosas a la vez y al parecer a ella le pasaba lo mismo, se movía como la última para adelante, como si fuera contra mí, solamente tenía que verme metida bien adentro y tu papá seguía ensartándosela, ella como una poseída ... eso habrá sido lo que has escuchado desde tu cuarto. Nunca había visto una hermana de esa forma, parecía una puta, pero de las putas buenas, no de las baratas. La verdad es que fue una noche inolvidable, pero todavía faltaba la mejor parte. Cuando tu papá acabo el cuento de tu madre que también quería que fuera por ella, ella no tuvo ningún problema, me replicó que me dijo "metela hasta el fondo", muchas mujeres me dijeron eso pero vinieron de mi propia hermana ... esa situación ... me voló la cabeza. No esperé ni un segundo, nos acomodamos en la mesa y no importó que tuviera el culo lleno de leche, no hay momento en que se pueda comprar exquisitos, se la mandé a guardar hasta el fondo, como ella me pidió y volví a ponerme una gritar y gemir para mí , tu papá se acostó y desde ahí nos miraba. Pensé que podía tener el culito muy abierto porque si solo tenía la última vez, pero la verdad es que se sentía maravilla, estaba dilatado, sí, pero podía sentir el roce cuando entraba y salía. Me puse como loco, le di para que tenga con fuerza, le apreté las tetas y la ensarté una y otra vez.


Por el tono de voz de mi tío me di cuenta que se estaba excitando cada vez más mientras que yo estaba en mi casa y me quité la cabeza, me tomó de un brazo y de un tirón me obligó a ponerme de pie, quedé con toda la boca ensalivada mirándolo a la cara pero casi al instante me hizo girar sobre mí misma y empujó mi espalda hacia adelante tan fuerte que me vi obligado a poner las manos contra la pared, no me queda más alternativa que prepararme para lo que venía. Al principio me dolió un poco porque mi dilatación no era tan buena pero su verga no necesitaba más de dos embestidas para clavarse por completo en mi húmeda conchita. Ya estaba entregada y dispuesta, mi tío me sabía y no podía evitarlo, decidí que lo disfrutaría tanto como pudiera.


Me agarró con fuerza las grandes tetas, sus gruesos dedos parecían envueltos y su pelvis ya estaba rebotando una y otra vez contra mis nalgas, sentí el pene entrando y saliendo muy rápido y el placer comenzó a subir y esparcirse por todo mi cuerpo. Solía ​​mantener relaciones con mi ex novio pero esto era muy diferente, de un día para otro ya me había cogido a mi hermano y ahora lo estaba haciendo mi tío, mi sexualidad había mutado hasta este punto por culpa de un juego de cartas. Separarán más las piernas que me pueden clavar más profundamente, mantendrá la verga bien adentro y se moverá rápido como podía. Las embestidas fueron cortas pero se repitieron con tanta celeridad que mi vagina solo puedo soportarlo, ya se puede sentir mis jugos vaginales fluir y mojar la cara interna de mis piernas, gracias a que tengo buena lubricación porque mi tío no se detendría por nada del mundo. Quería gritar de placer pero recordé que todos estaban durmiendo, tuve que morderme el labio inferior para no hacerlo. No sabía si mi tío estaba pensando en su hermana o si era consciente de que estaba cogiéndose a una de sus hermanas, tal vez ambas.


Con tantas sacudidas llegué a un temer que me golpearía la cabeza contra la pared pero aun así preferí seguir, de vez en cuando, cuando me escapé alguna gemido, por más que intentaba ahogarlos, especialmente cuando la verga se deslizaba hacia adentro y se frotaba contra las paredes internas de mi cavidad vaginal. No quería ser detuviera pero la incómoda posición me estaba dificultando mucho las cosas, no podía dedicarme a gozar, hasta mis mojados pies se patinaban en el piso de liso del baño.


-¡Ay tío! -Jadeé-pará un poquito.


-Es muy tarde Nadia, esta vez no hay nada nuevo con las ganas.


-Es que me voy a caer -dije mientras recibí una y otra vez su verga desde atrás -al escuchar esto se detuvo para sacar su miembro de mi cuevita, pude acomodarme mejor pero sabía que era cuestión de tiempo volver a sentirme incómoda- si querés cogerme, hacelo bien -le pedí con el tono de voz de una puta en celo; Me espero un aparteme y volví un quedar de frente a él.


-No sabía que tenía una sobrina tan putita -ese comentario solo me calentó más.


-Sí, soy muy puta -lo dije más para convencerme a mí misma pero no me costó mucho hacerlo, debía admitirlo, en cuestión de horas me había cogido a mi propio hermano y ahora le estaba pidiendo a mi tío que hiciera lo mismo.


-Vení para acá pendeja -me dijo con su rudeza de hombre de las cavernas y me jaló del brazo.


Salimos del baño en silencio mirando hacia todos los lados pero el pasillo estaba desierto y la penumbra nos ocultaría si nos apresurábamos. Llegamos hasta su cuarto, al fondo del pasillo y ni siquiera bien entramos en la luz y la luz que me pedirá la boca abierta en la cama, las piernas separadas, la puerta cerrada y el pantalón corto, el que quedaba tan bronceado desnudo como yo, si bien, no era un hombre atractivo y tenía algo de panza en ese momento yo tenía una imagen de las personas más excitantes que había visto y esto se debía hacer a un hecho de que se sepa del hermano de mi mamá. Se arrojó sobre mí clavando su verga en mi conchita tan hondo como pudo y comenzó a taladrarme. Todo el peso de su humanidad me sofocaba pero me hacía sentirme más pervertida, quería que me parta en dos, me gustaba volver atrás y que continuaba entrando y saliendo una y otra vez, no sabía con qué frecuencia mantenía relaciones sexuales a este hombre pero parecía que no lo que hice en años, me cogía con la fiereza de un preso que recupera la libertad luego de varios años y prueba por primera vez a una mujer luego de todo ese tiempo. Esta vez lo hice porque me pedí que me cogiera bien y no podía quejarme, y que podía gritar ni gemir, me costaba mucho contenerme y tenía miedo de que el traqueteo de la camara alerta fuera un otro de los miembros de mi familia, esto no supondría el fin del mundo, pero de todas las formas debería dar algunas explicaciones, sería un problema si en algún momento mi padre aparecía por esa puerta, tal vez se enojara tanto como el bombeo dentro de la concha de su hija mayor que perdería la cabeza, todo este riesgo me producía más más morbo y me gustaba imaginar que sucederían cosas muy malas si nos descubrían. Mordí mis labios con tanta fuerza que sentí un leve sabor metálico a sangre, tuve que abrir la boca y dejar salir un gemido.


-Gritá putita, gritá -me dijo mi tío Alberto haciéndome delirar de placer, no sé por qué me gusta tanto que yo trato de esa forma si tú misma afirmaba que odiaba que me dijeran la puta, pero ahora la sola mención de la palabra yo revolvía placenteramente el pecho.


-No, nos van a oír -susurré desesperada; él aceleró el ritmo, su verga entraba en mí con todo el peso de su cuerpo y mis piernas se sacudían en el aire la puta madre, ¡ay!


-Cómo te gusta la verga pendeja -una vez más esas extrañas sensaciones, como de mariposas revoloteando en el interior de mi cuerpo.


-Me encanta la verga, la quiero toda -nunca hubiera imaginado que mi tío fuera tan salvaje en la cama, por lo general era un hombre bonachón y bromista pero ahora estaba hecho un semental degenerado y malhablado.


- Fecha de vuelta y te parto al medio, puta.


-Sí, parte -le supliqué.


Se levantó lo justo y necesario para que usted pueda ponerme boca abajo, con mi cuerpo estirado bajo el suyo levanté la colita, él volvió a clavarla en mi concha.


-No, por ahí no ...


-¿No? ¿Querés que te rompan el culito, eh?


-Sí ... -jadeé y abracé una almohada- que me lo rompan.


Luego del tratamiento anal intensivo al que me hace mi hermano hace horas atrás no cuesta mucho trabajo meter la verga de mi tío adentro, se siente de maravilla, comienza a gemir con la boca pegada a la almohada mientras mi tío trabaja como un taladro neumático en mi cuevita trasera. Podía sentirla dilatada más y más y casi ni me dolía, era puro placer y roces internos, el aro con el cual iniciaba mi año y se sentía tenso y estirado y era donde mejor se sentía el recorrido de toda la verga.


-Qué culito más rico tenés pendeja.


-Más rico que tiene Mayra -sabía que quiero decir que mi hermana tenía un gran efecto en mi tío-rómpeme el culo como si lo hiciera a ella.


-A tu hermanita se lo voy a dejar bien abierto, el orto de esa pendeja es impresionante -me calentaba escucharlo hablar así de mi dulce pero morbosa hermanita.


Se sacudió detrás de mí golpeando su pelvis contra mis nalgas, las manos con mis manos y una nueva embestida llegaron a ser más más profundos haciendo gritar de placer, por suerte este grito de pérdida contra la almohada, rogaba que mis padres no tenían nada sino por suerte su habitación era la más lejana a la de mi tío. Pocos segundos más tarde sentí cómo me llenaba con su semen bien cargado, me fascinaba sentirlo correr por mi interior. El quedó acostado sobre mí y me sacó la verga y así me quedé en la cama durante un largo rato intentando recuperar el aliento, él no fue ningún jovenzuelo, me imaginé que todo esto había supuesto un gran esfuerzo de su parte.


-La verdad que te pasaste tío -lo felicité sinceramente- qué buena cogida ... la puta madre.


-Hablando de puta madre, ¿no sabés si Victoria querrá repetir lo del jueguito ese de póker? -sonreí al escuchar esa pregunta.


-Yo creería que sí, pero no estoy segura -me gustaba hacerme la misteriosa- dejame averiguar ... vos tenés tremendas ganas al culo de Mayra.


-No es ningún secreto ... pero el tuyo no se me iba a escapar. No sabía que ya hicieras estas cosas.


-Digamos que estoy en una etapa en la que quiero probar cosas nuevas ... y esta era una de esas -su verga aún conservaba la rigidez y me agradaba la sensación dentro de mí aunque no nos estuviéramos moviendo.


-Si me das un ratito para reponerme, te doy una segunda pasada.


-Eso me encantaría, sino que no me iba a quedar otra vez que volveré a solitar a mi cuarto y hacerme una paja.


-De eso me puedo encargar también.


Al decir que las palabras se deslizaron en las manos bajo mi cuerpo, con una sonrisa y con la otra buscó mi conchita, estaba tan empapada que estaba formada por una mancha de humedad en las sábanas. Comenzó a tocarme suavemente y sumo a esto unos pocos ricos besitos en el cuello, era como tener un masajista sexual personal, cerré los ojos y me relajé, me dejé llevar a cabo y me perdí en un estado asombroso que se encontraba entre el sueño, la vigilia y la lujuria. Permanecer de esa forma durante algunos minutos hasta que me sobresaltó la tremenda acometida que me dio contra el culito. Supe que su vega ha vuelto a despertar y que me daría esa prometida segunda pasada. Me preguntó cómo me quedaría el culo luego de recibir tanta vergüenza en una sola noche pero extrañamente esto en lugar de preocuparme por causaba más morbo.


-Uy, cómo me gusta que me digan por el culo -dije levantando la colita tanto como pude para recibir toda la longitud del miembro de mi tío adentro. Al placer anales debía ser el que me producía los incansables y los tocaba en mi clítoris.


-Pero qué curioso, tu mamá dice lo mismo. Ya sé quién saliste tan putita.


Esta segunda ronda de estocadas y embestidas contra mi agujerito posterior fue tan placentera como la anterior y duró un poco más de tiempo, ya no era necesario que me diera con tanto ímpetu, mi colita ya estaba sentida y con movimientos lentos podía gozar enormemente. No llegué a notar el momento en que acabó por la segunda vez dentro de mí, pero esta vez no me quedé tanto tiempo bajo el peso de su cuerpo, de Sí, sí que pude, ya estaba demasiado tiempo allí.


Me despedí de mi tío y él casi me respondió, ya estaba durmiendo otra vez, sonreí satisfecha al sabelotodo que había dejado agotado casi sin moverme, solo me ofrecí para él y lo dejé hacerme lo que quería. Regresar al baño, cambiar el agua de la bañera y hacer la noche antes de irme a dormir a mi propio cuarto, a pesar de las horas de sueño en la cama de Eric, me quedé dormida poco después de apoyar la cabeza en la almohada Sólo recuerdo haber escuchado a mi hermana respirando agitadamente a mi lado, supuse que la muchachita se estaba masturbando pero no tenía energía para desirme a ella.


*****


Luego de lo ocurrido con mi tío y con la esperanza de poder repetir el juego de Strip Póker, de hecho podía afirmar que tenía tantas ganas como yo de hacerlo, pero aún así no tenía mi padre, no sabía por qué me costaba tanto hablar del tema con él, ya que me veía como una figura de autoridad o porque era con el que más fantaseaba y yo ponía mucho nerviosa al tenerlo cerca, no podía decirle a mi madre que organice un sábado de póker sin antes estar seguro de que para mi papá no había sido solo una noche de locura y descontrol que no se había de repetir jamás.


En que los intentos para retomar mi vida normal accedí a tener una cita con un paciente que venía insistiéndome desde hacía semanas, él no me había caído mal pero sus invitaciones habían llegado en mal momento, cuando yo tenía cosas mucho más importantes en la cabeza , supón que verlo durante un tiempo sin estar mal y quién sabe, en una de esas cosas para olvidar un poco de mi familia. Nos reunimos en un barcito que estaba mucho más cerca de su casa de la mía, supuse que me había citado allí para que tuviera la opción de trasladarnos hasta su propiedad, que me había molestado en otras circunstancias pero que estaba viendo el sexo con otros ojos y acostarme con él ni siquiera yo parecía descabellado, además era apuesto. No hay nada de galán de cine pero sí era agradable a la vista y su sonrisa era muy simpática y sincera. Como era de noche acompaña la charla con algunos vasos de cerveza, al principio todo marchaba de maravilla, estaba dispuesta a todo aunque no conocía muy bien, yo había presentado una amiga que teníamos en común y supuse que ella conocía mis preferencias en me gusta el sexo masculino pero al parecer mi amiga no me conocía tanto como yo pensaba, el tipo de expresión de lo más pesado, muy arrogante y vanidoso. Debía admitir que parecía inteligente pero arruinaba esta buena cualidad cada vez que intentaba idolatrarse a sí mismo. Llegué a pensar que se trataba del polo opuesto de Eric, mi hermano podía ser un bruto y limitado pero era humilde y honrado, nadie podía decir que fuera de sí mismo, hasta las millas de veces en las que me molestaba con él porque lo cometía errores estúpidos, no porque hiciera las cosas con maldad buscando perjudicar al otro.


Mientras mi ilusión se desvanecía llegué a la conclusión de que ya no quería acostarme con este individuo y poco a poco las ganas de marcharme se hicieron evidentes.


-Estás inquieta, ¿pasa algo? -Me dijo que después del cuarto vaso de cerveza.


-Es que ya es muy tarde y que tengo que ir a concurso de forma automática, en ese momento me percaté de lo poco que había abierto la boca durante la charla, que en realidad se mostró más a un monólogo.


-¿No querés que te lleve? O en una de esas querés ir a un lugar más tranquilo, acá hay mucha gente.


-No, está bien. Me pasa una pensión mientras me ponía de pie, abrí mi bolso y saqué algunos billetes, que para las cervezas.


-No te preocupes, yo invito.


-Perfecto -dije guardando otra vez el dinero, estaba molesta con él por haberme hecho perder el tiempo- me voy porque ya me debes estar esperando.


-Esta segura de que no querés que te lleve, vine en el auto y mi casa está ...


No me quedé para escuchar sus últimas palabras, se perdió entre el murmullo de la gente y luego quedó opacado por el repiquetear de la lluvia. No lo podría creer, llamaría la lluvia, sería quedarse corta, esto sería un diluvio ¿en qué momento había comenzado a llover? Antes de venir vi que estaba nublado y recordaba que mi madre me había dicho que se llevara un tiempo pero ¿quién tiene el caso de las madres en estas cosas? Uno siempre las ignora hasta que se dan cuenta de que tienen razón. Me quedé bajo el toldo del exterior del bar y me apresuré a llamar a mi casa, en unos segundos una voz gruesa me saludó, era mi papá.


-Hola papá, ¿puedes venir a buscarme? Está lloviendo a cántaros y conseguir un taxi con este clima va a ser un poco difícil.


Uno de los grandes defectos de mi ciudad era la de los días en que los taxistas, como cuando llovía, era más difícil era que muchos preferían no trabajar para no arruinar sus vehículos al pasar por una calle completamente inundada. Por suerte no tuve que agregar muchas explicaciones a mi padre, la dirección y lo dije en pocos minutos pasó a buscarme. Cuando terminé de hablar con él miré hacia adentro del bar a través de la puerta del vidrio y el muchacho me miró con el ceño fruncido mientras tomaba uno de los dos vasos de cerveza que tenía en la mesa, en ese momento recordé que habíamos pedido una siguiente ronda antes de que tú me levantaras y me fuera. No sólo estaba distraída sino que los cuatro vasos que me afectaban cuando estaba afectando un poco, mi tolerancia al alcohol no era muy buena y no me avergonzaba decirlo. Me alejé unos metros del bar para no tener que ver la cara al fondo y no tuve más remedio que quedarme en la lluvia, la cual me empapó en un abrir y cerrar de ojos, me molestó muy poco, hacía calor y necesitaba algo fresco para que me quitara esa espantosa sensación de mareo. Mientras aguardaba por mi padre, tenía el tiempo de varios minutos a solas con él, el bar estaba como una media hora de viaje en auto y no solo debería esperar ese tiempo bajo la lluvia que también debería pasarlo con él a solas. Me invadió el recuerdo de su cuerpo desnudo, especialmente el de su pene erecto dentro de mi boca, los minutos y yo no hacíamos más que pensar en eso, lo que era bastante contraproducente, no me emocionaba que me recordaba aún debe tener una complicación con él para averiguar si quería o no una nueva ronda de Strip Póker.


Como vine con la intención de caerle bien a este muchacho optó por ponerme una blusa blanca bastante escotada, la cual estaba hecha sopa, el pibe porque había mirado las tetas por toda la charla y ahora me sentía molesta conmigo misma por haberle regalado Aquí tengo el consejo de Mayra, si es necesario hablar de ese tema con mi padre, que lo haga con un buen sentido, que sea que su atención se disipe, que dije que ya tenía un punto a favor.Comencé a pensar en qué podría decirle, ¿cómo podría iniciar la charla? ¿Y si él no se fijaba en mis pechos y solo prestaba atención a la calle? No quería que tuviéramos un accidente por distraerme pero miradita de reojo me favorecía y también alimentaba un poco mi ego, me causaba mucho morbo, sabía que yo podía excitar a mi propio padre, la nerviosidad y la llena de dudas actuaba de forma imprudente e impulsiva. Desabroché mi corpiño y yo lo quité por debajo de la blusa, luego lo guardé dentro de mi bolso procurando que no mojara mi teléfono celular. Miré mis pechos y me quedé sorprendida, la tela blanca ya era casi transparente y mis pezones se traslucían mucho, para colmo estaban erectos y parecían tener cualquier momento agujerearían la tela. No tuve tiempo para arrepentirme, en ese momento vi la camioneta negra de mi padre doblando la esquina y deteniéndome frente a mí, me hizo señas para que suba a la puerta y me apresure a hacerlo.


-Perdón, te voy a mojar toda la camioneta -me disculpé apenas tomé asiento y cerré la puerta.


-No te preocupes, tu hermano la ensucia toda, un poco de agua no vendría nada mal ... -se detuvo en cuanto vio mis voluminosos pechos traslucirse bajo la tela de la blusa, fue tan obvio que la mirada que no pude disimular.


-Maldita lluvia, me mojé toda -mi cabello aún sigue chorreando agua- lo peor es que me marca todo.


-¿Qué hacés así vestida? -preguntó mientras ponía la camioneta en marcha.


-Es por culpa de la lluvia, creeme que no se nota nada cuando la blusa está seca, se usa así, sin corpiño -sabía que no me pregunta eso eso que no sabía nada de moda femenina.


-De todas formas, te veo más arreglada de lo normal -sus ojos espiaron rápidamente mis blancas tetas, supóngase que se centran más que nada en la amplia parte central, la cual la empapada tela de la palabra ni siquiera cubría.


-Ah, eso es porque vine a un chico ... -comenté restó importancia a lo sucedido- tomamos algo juntos pero no me cayó tan bien como yo esperaba, por eso te pedí que vinieras a buscarme. Por cierto, tardaste mucho menos de lo que creía. Recuerda que no tienes que haber pasado más de quince minutos desde que lo llamé por teléfono.


-Es que estaba en la casa de un socio arreglando unos detalles para mañana, estamos con una obra bastante grande en una obra de ... -me miró otra vez, mis pezones se notaron bastante a pesar de la escasa luz en el interior del vehículo- ¿Tenías pensado hacer algo más que tomar algo con este chico? -no sabía si me preguntaba por deber de padre o por puros celos, al menos estaba charlando con él y supe que debía ser yo la que llevara la conversación a un territorio más íntimo y personal.


-No te voy a mentir, en un momento pensé que podía pasar algo más, que hasta la vid con esa intención -me temblaban un poco las manos, nunca había hablado de estas cosas directamente con mi padre- pero después lo pensé mejor y yo Dijo que no valía la pena hacerlo con un tipo así, era demasiado egocéntrico para mi gusto.


-Comprendo mi padre con la vista al frente como si no comprendiera nada, entonces su cabeza estaba pensando la información.


-¿Te parece mal que venga a un chico con esas intenciones?


-Vamos y sos grandes y podés hacer lo que quieras.


-Es que en realidad ni siquiera sé si quieres -intentaba actuar con normalidad a pesar de estar virtualmente desnudo de la cintura para arriba-por-un-solo quería hacerlo por el otro sabía que al chico ni siquiera lo conocía y no me animaba, dejando de lado que al final me cayó mal.


-Las mujeres siempre son indecisas con esos temas -bromeó y lo vi sonreír- los hombres somos más básicos, por naturaleza. Si hay sexo de por medio es difícil que nos neguemos.


"No creas que todas las mujeres son muy diferentes a los hombres, yo no veo el sexo como algo malo ... me gusta y me atrae pero a veces me repito que no es bueno hacerlo con alguien que no conoce, lo lindo es tener cierta confianza con la otra persona, conocerla mejor ... eso calienta más -miré por la ventana de mi lado para no tener que cruzar la mirada con él pero lo vi por el espejo retrovisor exterior, sus ojos volvieron a clavarse en mi escote en un movimiento fugaz - pero en un solo sentido, con este motivo porque tenía ganas de volver a probar algo.


-¿Qué cosa?


-Me da vergüenza decirlo ... bah, en realidad me da miedo que te moleste.


-¿Por qué debería molestarme? Podés contarme.


Me di cuenta de que viajábamos con una velocidad moderada, la lluvia no menguaba, supuse que tendríamos un largo viaje hasta la casa y otra vez más, invadió el típico nerviosismo que me producía, estaba en una familia con mi padre, y luego de lo que pasó ese sábado, esa vez la lluvia contribuyó mucho para que mi vida cambie totalmente, ahora la lluvia me ayude a seguir adelante con estos cambios que tanto me atrayen.


-Quería volver a probar el sexo oral con un hombre -me apresuré a decirlo para desligarme lo más rápido posible de la frase- nunca lo había probado y me resultó atractivo -eso era una inequívoca indirecta hacia mi padre.


-Ah, comprendo -era una de sus típicas respuestas que solo evidenciaban la confusión que tenía. Froté mis brazos con las manos, si está bien, caloró el agua de la lluvia, habré enfriado, mi cuerpo, en la guantera, debe haber tenido una toalla de mano, con eso, podés, secar un poco.


Abrí la guantera y el niño tenían una toalla que aparentaba estar blanca, no estaba en las mejores condiciones, pero supuse que mi padre y mi hermano usaban para secarse las manos luego de trabajar y era lógico que estaban en ese estado. Primero me sequé las gotitas de agua acumuladas en mis brazos, luego la cara y el cabello lo mejor que pude y pasé a la parte más llamativa a la atención de Pepe, introdujo la toalla por mi escote para secarme los pechos, actuar como si estuviera sola, sin siquiera mirarlo pero sabía muy bien que él y yo estábamos mirando a mí. Extraiga mi pecho por completo y pase la toalla y la otra vez por él, luego repítase la acción en mi teta derecha, dejando ambas fuera de la estirada remera, de vez en cuando mirando hacia la calle pero como está transitando una zona poco frecuentada había curiosos que repararan en mis melones blancos. El saber que esto podría estar provocando a mi padre comenzó a encender una pequeña llama de lujuria en mí y esta fue poco a poco. Volví a guardar mis atributos dentro de la blusa solo para que se mojaran otra vez pero que hubiera dado un buen espectáculo y el texto bulto en la entrepierna me lo demostraba, tuve que esforzarme por no esbozar una sonrisa.


No pude hacer menos que sonreir al mismo tiempo, que no tenía forma de cubrirse o que era algo disímil, que estaba fijo en su loma y su pantalón para indicarle que ya no tenía su erección. Me temblaba todo el cuerpo y no estaba solo por el frío, estaba muy nerviosa y mi cabeza trabajaba a toda prisa, estaba desesperando por darme la próxima vez pero temía a las consecuencias, lo peor de todo era esa maldita sensación de que había llegado Demasiado lejos, una cosa que era mi padre y yo desnudaba frente a mi familia en las mismas condiciones y otra muy diferente era una exposición anterior a él, solo dos espacios tan reducidos.


-He leído que algunas mujeres creen que hacer bien el sexo oral pero en realidad no saben hacerlo como si dijéramos hablar conmigo mismo, ¿eso es cierto?


-No lo sé -titubeó- creo que depende mucho de la actitud de la mujer. Si cree que todo lo hace bien sin preguntar, ya está cometiendo un error.


-Entonces supongo que hago bien en preguntar, porque yo no creo haberlo hecho bien.


-¿Al hombre que se lo hiciste le gustó? -noté que aferraba con fuerza el volante, estaba tan nervioso como yo.


-I don't know. ¿Te gusto? -me miró con los ojos de un perro callejero- porque la primera vez que lo hice fue con ... durante el juego de póker.


-¿Lo decís en serio?


-Si papá, nunca lo había hecho. No sé qué imagen de mí pero no soy muy promiscua, al menos no antes de jugar al póker con mi familia.


-No dije eso, pero como tenías novio ... pensé que en algún momento había hecho eso.


-La verdad es que a mí me dio un poco de asco, por eso nunca me animé a hacerlo, pero esa noche no me dio nada de asco. Al contrario, me gustó. Me agradó saber que con eso podía hacer que un hombre fuera mucho.


Su bulto sigue creciendo, supuso que estaba recordando lo que sucedió en esa ocasión, para colmo su pantalón era de una delgada tela deportiva y no disimulaba en lo más mínimo el tamaño grande de su miembro.Disimuladamente froté mi entrepierna por arriba de mi pantalón, esta era de jean y se ajustaba mucho al cuerpo, casi al estar tan mojado, desprendí el botón porque ya me estaba enloqueciendo demasiado.


-¿Vos pensás que lo hice bien? -volví a preguntarle, sabía que no estaba bien preparado para una pregunta tan directa pero en su defensa puedo decir que pocos padres en el mundo hubiesen podido conservar la cama, si una de sus hijas, estaba interrogando sobre el sexo oral, como algo algo que había pasado entre los dos.


-No estuvo mal -contestó mirando fugazmente mi entrepierna, solo se asomaba mi bombachita mojada por donde había abierto el pantalón.


-No estuvo mal pero tampoco estuvo bien.


-No dije eso.


-Pero así lo entiendo yo -no se lo dije con enfado- sé que todavía me falta mucho por aprender en materia sexual.


-Por ser la primera vez ... estuvo muy bien -los nervios estaban en camino, ya prácticamente no hablaba sino que balbuceaba.


-Te cuento que en el primer intento, me puse muy nerviosa ... por todo eso de que somos familiares, ya sabes si elegía las palabras correctas.


-Es lógico -apenas pude entender lo que dijo.


-Pero la segunda vez ya no me importó tanto, ya me dio igual ... para colmo también estaba Eric -mi cuerpo reaccionó placenteramente al recordar de qué forma chupé una y otra vez sus penes- fue un juego muy divertido -sonreí- ¿no te parece? -no se respondió solamente se limitó a mirar una vez más mis pechos antes de poner la vista al frente otra vez; decidí que era hora de jugársela toda, ya era muy metida en todo esto y que hubiera sido una cobardía retroceder, avanzar y no medir las consecuencias - me llamó mucho el tiempo de espera, nunca había visto dos veces para mí sola - el corazón se me aceleró vertiginosamente y mis manos temblaban apoyadas sobre mis piernas y mucho menos tan grandes, me costó un montón de cosas en la boca -su miembro se sacudió dentro del pantalón, eso me valió más que mil palabras- pero no me importó, estaba muy borracha y caliente, yo me lo quería comer todas, quería sentirlas hasta el fondo de mi garganta -tragué saliva- quería hacerlos acabar con los dos y quería ... -miré una vez más su bulto- ah, a la mierda con todo.


Con el corazón latiendo a toda prisa, me incliné hacia el lado del conductor, con un rápido movimiento, el pantalón lo suficiente como para ver la duradera y la bajada de la cabeza, la tragué a la mitad y la saqué, lentamente, de mi boca apretando mucho los labios. Se escuchó el típico chasquido de un chupón cuando salió completa y volvía a tragarla sin darle tiempo a mi padre para reaccionar, estaba increíblemente excitado y por fin estaba probando otra vez ese grueso tronco que me traía loca, intentaba chuparlo lo mejor posible y aparentemente a Pepe no le molestó porque se limitó a presionar mi cabeza hacia abajo mientras continuaba manejando, su hija estaba haciendo un pete y se veía dispuesta a disfrutarlo. Supe que ya no era el momento de hablar más, él no era un hombre de las palabras, él hablaba con las acciones y usted estaba hablando en su propio idioma mientras que ensalivaba todo su glande y lo recorría alrededor con mi lengua. Introduce una mano en su pantalón para poder agarrar los testículos, los apretones y el uso de mucha fuerza y ​​comencé a subir y bajar la cabeza y la otra vez, cuando no se puede sacarla del todo para tomar aire y ver más hebras de saliva colgando de mis labios o de la verga. Sentí una áspera mano de dedos gruesos presionando una de mis páginas por dentro de la remera, se había colado por mi escote y me estaba haciendo un pezón, con un rápido movimiento las ingenio para que mis pechos quedaran colgando fuera de la blusa sin dejar de mamar.


No me limité a chupársela, también empleaba mis manos para masturbar tan rápido como la incómoda posición me lo permitía. La mano derecha de mi padre pasaba por la palanca de cambios a mi cuerpo, no se conformó con tocar mis tetas, buscó mi entrepierna pero no podía tocarla mientras que yo estaba inclinada a su lado por lo que sentí normalmente en el asiento del acompañante, la lluvia sigue cayendo copiosamente y me parece que ahora conduce más lento que antes, está segura de que es demoraría el viaje de regreso lo más posible. No me animaba a mirarlo a la cara, cerré mis ojos y aferré su verga con mi mano izquierda, en cuanto comencé a masturbarme sentí que sus dedos se escabullían hábilmente dentro de mi ropa interior, con mi mano libre intento bajar un poco más el pantalón pero fue una tarea difícil, por suerte, fue capaz de llegar hasta mi clítoris y apoderarse de él, sus rugosos dedos me inundaban de placer, en poco tiempo comencé a jadear y luego grabaron que los dos solos en el auto, nadie podría oírnos. Di rienda suelta a mis gemelas y deslicé mi cuerpo un poco hacia adelante, pegando mi espalda al asiento y alejando mi cola del respaldo, sepárate de un poco más las piernas y esto permitirá que mi papá pueda introducir un dedo en mi húmeda y viciosa vagina, gemía más por morbo psicológico que por placer físico pero todo se amalgamaba de forma tan perfecta que era muy difícil decir dónde comenzaba uno y dónde lo hacía el otro.


Estaba gozando enormemente pero Pepe apartó la mano, cuando abrí los ojos que estaba manipulando la palanca de cambios, esto me dio la oportunidad de regresar a mi tarea, me incliné una vez más hacia él y me tragué su verga tanto como pude, ese Sabor entre amargo y dulzón me volvía loca. Me gustaría mucho para poder hacer el placer posible, no dijo una palabra y decidí dejar las cosas de esa forma, al final y al cabo de mirarme así. Chupé, lamí, tragué y salí durante mucho rato, movía mi cabeza de abajo y variaba el ritmo y la fuerza con la que lo hacía, a veces mantenía mi boca tan abierta como podía y hacía entrar y salir esa dura y larga verga casi hasta atragantarme, mi boca produce sonidos extraños cuando yo lo intento respirar, tuve que serenarme un poco, tomar aire y luego volver a la acción haciendo todo lo posible por respirar por la nariz. Sentí envidia de mi madre que podía comerse esa suculenta verga a diario pero no era solo el tamaño lo que me calentaba, ella no podía sentir lo mismo que yo, él no era su padre, era su marido.


Levantó la vista porque me percató de que nos habíamos detenido, me sorprendió al ver que nos encontrábamos en el garaje de mi propia casa, las puertas se abrían y se cerraban de forma automática, lo cual era ideal para días de lluvia. Hice un rápido cálculo y supe que había estado varios minutos mamándole la verga a mi padre. Tal y como se llama, se llama, se toma con la mayor cantidad de energía para el futuro, esta vez se puede usar con la mayor comodidad y se puede hacer hasta llegar a mi entrepierna y frotar mi clítoris con la punta de sus dedos. Mi instinto sexual me dijo que estaba haciendo un buen trabajo y que la verga estaba dentro de mi boca, cuando llegué a ese viscoso y espeso líquido blanco que escupía el pene de los hombres cuando llegaban al clímax. Mi intención fue tragarme todo el semen que saliera pero tengo que admitir que fue una tarea bastante difícil con un pedazo de carne metido en mi boca, tuve que dejar salir un poco del carácter masculino el cual chorreó por mi barbilla. Seguí lamiendo el glande y pasé la lengua alrededor de todo el tronco hasta dejarla limpia y tan rápido como todo lo que había comenzado, terminó.


No me quiero tener que ver con mi padre o el intercambio de palabras con él, me apresuré a guardar mis tetas dentro de la nube, la cual ya estaba un poco más encendida, la segunda vez el botón de mi pantalón, el bolso y el bolso de la camioneta sin mirar hacia el asiento del conductor. Me dirigí a la puerta que comunicaba el garaje con mi casa y entré dando largas zancadas, en cuanto llegué al pasillo que llevaba a las habitaciones me crucé con mi madre, que estaba vistiendo una bata de baño, que llevaba el cabello seco que supe aún no se había duchado sino


-¡Nadia! Me asustaste -me dijo deteniéndose en seco para no chocar contra mí- ¿qué pasó? -Me miré de arriba abajo, mi estado obligado dejar en evidencia lo ocurrido- ¿qué tenés en la boca? -sabía que se refería al semen de mi papá pero no hacía falta que se lo explicara, pronto lo deduciría.


-Nada, no importa. Espero que mantengas tu promesa, te aseguro que tenés por libre para organizar una nueva noche de póquer y espero que el mar mucho mejor que la anterior, la sonríe y ella también lo haga, involuntariamente, y no te vayas a enojar con papá , es todo culpa mía -se lo dije para dejar las cosas más claras.


Ella intentó decirme algo más pero a su lado como si fuera una flecha y me dirigió directamente hacia mi cuarto, por suerte no había nadie dentro, cerró la puerta detrás de mí y me desnudó tan rápido como pude, creo que hasta rasqué un poco la blusa al quitármela. Me tiré en la cama y me tapé con las sábanas hasta el cuello, esa leve calidez me reconfortó al quitarme un poco el frío que se sentía en los brazos al haberme mojado con la lluvia pero eso no fue lo que importa en ese momento, inmediatamente dirigí mi mano derecha a mi entrepierna y comencé a masturbarme sin reparo alguno, me metí los dedos de la mano y la izquierda a mi barbilla, los restos de semen aún seguían allí, recolectándolos con los dedos los trasladé hasta mi boca y me saboreándolos lentamente mientras me castigaba la conchita. Estirando los dedos y los pies en mi rajita apretando mi clítoris entre ellos mientras imagino que todo lo que podría pasar en una sesión nueva de Strip Póker junto a mi familia, en estos últimos días había tenido al menos un encuentro sexual con cada miembro de la casa pero para mí esta era solo parte del juego, y aún me quedaba más importante, me moría de ganas por sentir la verdad de mi padre penetrándome o ver qué clase de juegos pervertidos se animan a jugar los demás.


Con la certeza de que no era la única enferma en la casa, sentía mucho más tranquila y daba rienda suelta a mis deseos más sucios y lujuriosos, llegué a meterme dos dedos por la cola mientras recordaba lo que había hecho con Eric y me imaginaba Lo que podría hacer después de la próxima vez que lo hagamos delante de todos y quien sabe, tal vez lleguemos a vivir la noche más especial y sexual de nuestras vidas. Tuve un intenso y profundo orgasmo con esta idea en mente.


Continuará ...




miércoles, 21 de febrero de 2018







Strip Póker en Familia (3)


Me desperté cuando la puerta de mi cuarto se abrió e instintivamente abracé a mi hermana, también me despertó. Mi madre entró y comenzó a mirar para todos los lados en tanto que sorprendida, era obvio que intentaba analizar la situación. Iba vestida tan solo con una camisón color negro.


-¿Qué pasó acá? -Preguntó al ver mi cama con evidentes manchas de humedad; no contestamos- mejor no quiero saberlo. Vístanse que su padre está preparando un asado. Por suerte no llueve más.


Nos pusimos de pie de un salto mostrando nuestra desnudez, debíamos bañarnos pero consideramos prudentes ponernos algo de ropa primero, al menos para ir hasta el baño. Victoria estaba retirando las sábanas sucias de mi cama y nos miraba ocasionalmente mientras buscábamos ropa cómoda.


-No imaginé que te hagas llegar tan lejos ... -su voz fue casi un susurro.


-Mamá ... nosotras -comencé diciendo, pero no me salían las palabras- están borrachas.


-Está bien, creo que la menos indicada para reprocharles algo -se la veía un tanto triste.


-¿Te pasa algo mamá? -preguntó Mayra.


-¿Ustedes que piensan? -Se sentó sobre el colchón de mi camada de anoche fue una locura total. Sé que es tarde para arrepentirse, pero qué diferentes cosas las cosas cuando una lo piensa en frío. Todo es por mi culpa.


-En eso tengo razón mamá -me sentí a su lado aún desnuda- hicimos muchas cosas locas pero pienso que si comenzamos a echar culpas, todos cargamos con un poco.


-Es cierto mamá -mi hermanita se nos acercó sosteniendo una rémera rosada en la mano- cada uno aportó a lo que pasó, las cosas se dieron así ... fue solamente un juego ... que terminó mejor de lo que pensábamos -me sonrió;supe que hacía alusión a lo que habíamos hecho antes de dormir.


Por más que quisiera convencerme de que todo fue un sueño, no podía hacerlo. De verdad había tenido relaciones sexuales con mi hermana y el solo pensar en esa frase, la acertaba en el corazón, el tiempo en la mente, la segunda parte en dos cosas provocativas, un momento en el que no estaba sexualmente excitada y de las mujeres nunca había sido de mi preferencia, no podía negar que todo esto jugaba con mi mente, hasta los pechos de mi madre, dentro de su escote, me parecían más bonitos que nunca.


-Está bien, mejor vayan a bañarse. Dejemos el tema como está, por ahora. Agradezco sus palabras pero no me siento muy bien con lo que pasó, espero que sí lo sepáis más a la ligera.


-Un poco sí, pero todavía me acuerdo de las cosas que hice-dije dije que estuve mal, me da mucha vergüenza mirar a la cara a papá o al tío Alberto ... especialmente a Eric ... después de lo que me hizo.


-¡Is true! -Mi madre se puso de pie de un salto- tenés que tomar la pastilla anticonceptiva. Ahora mismo te lo traigo, a vos también te traigo una Mayra.


-No la necesito, a mí nadie me la metió -mi mamá la miró como si intentara recordar todo lo que pasó en la noche- ¿no se acuerdan de que me trate como una nena ingenua? -Sus cejas se fruncieron mostrando su enfado- mientras que ustedes se quedan con las cosas por todos lados, a mí me dejaron con las ganas.


-Creo que te hicimos un favor por mi madre, no es algo de lo que orgullosa.


-Pero bien que lo disfrutaste, yo vi muy bien la cara que pusiste cuando Eric te cogió por la cola.


-Él no me ... -no se animó a completar la frase, los recuerdos la traicionaban- por favor Mayra, no me lo hagas más difícil.


-Está bien, no digo nada más. Trae la la famosa pastillita a Nadia, yo me voy a bañar -la menuda muchachita salió del cuarto desnuda y enojada, la perdimos de vista cuando dobló en el pasillo y pudimos escucharla hablar- ¡Hola papá! -saludó con naturalidad, mi padre apenas gesticuló un saludo y luego escuchamos la puerta del baño abriéndose.


-¿Vos de qué te reís? -mejor mi madre


-La chica tiene carácter, no podés negarlo. Será calladita pero siempre encuentra las palabras justas.


-Las palabras justas para exasperarme -agachó su cabeza- ¿de verdad creés que Eric me ...?


-¿No te acordás de nada mamá?


-Sí me acuerdo, solo que ... necesito saber si realmente pasó lo que yo creo que pasó.


-Bueno, Mayra tiene razón. Eric te ... sí te hizo eso. Pero tampoco lo culpes a él, vos lo permitiste Hacer -se estrujó las manos nerviosa- mamá, ¿qué pasó? ¿Qué cambio tanto de ayer a hoy? -Pregunté a pesar de que en realidad era el mismo día-anoche te vi decidida, vos sí misma nos incentivaste a seguir jugando y creeme que nadie te va a odiar por eso.


-No es algo que haya cambiado, el anoche entre el alcohol y la calentura que tenía, no había mucho, me pareció todo un simple juego. Hoy ya no lo veo así, lo pienso en frío y me preocupa de qué forma puede afectar esto a nuestra familia.


-Bueno, aunque haya habido cambios y la familia no sea igual, pero eso no quiere decir que dejemos de ser una familia -tomé a mano que cuento que a mí me pasó algo atrás a lo que te ocurrió a vos. Anoche, hasta cierto momento, quería terminar con todo, me parecía una locura -me miró preocupada- pero después me empezó a gustar y acreme que lo disfruté ... hasta lo que pasó con él me emocionó excitante -le confesé- y vos sabés qué pienso yo de Eric. Cuando me fui a dormir ya no pensé demasiado, en esas pocas horas llegué a las cosas de forma completamente diferente. Fue solo un juego mamá, no lo veía así, pero quería reconfortarla, dejémoslo así. Ya no te preocupes tanto.


-Tenés razón Nadia, además no puedo culpar al alcohol por todo lo que hice, yo consciente de ...


-Claro que estas consciente -me quejé- estabas muy atenta a las reglas de juego, no me dejaste pasar una -este comentario la hizo sonreír.


-Sabes muy bien que detesto que la gente haga trampas, aunque se trate de un simple juego.


-Aunque este no era un juego tan simple ...


-Bueno, mejor dejémoslo ahí. No tengo ganas de seguir maquinándome, hay momentos en los que es mejor dejar algo pendiente y que todo fluya con la mayor normalidad posible. Te traigo la pastilla anticonceptiva, te das el baño y comemos el asado.


*****


El almuerzo familiar transcurrió en un clima de gran tensión, nadie habló de lo ocurrido la noche anterior pero tampoco se animó con un contacto visual prolongado con nadie, yo misma me di cuenta de que esquivé la mirada de Eric en varias ocasiones. Hasta en la conversación se hizo evidente la tensión, mi tío Alberto se esforzó por mantener el humor pero algunos de nosotros nos ensimismados en nuestros pensamientos que ni siquiera lo escuchábamos.


Todo el domingo se convirtió en la misma forma, lo más incómodo que no teníamos actividades para ese día, lo que nos obligó a un deambular por la casa sin sentido alguno. Cada vez que veamos algunos de los miembros masculinos de mi familia no podría evitar recordar la forma y el tamaño de sus penes. Hasta con las mujeres me pasaba algo parecido, especialmente con mi hermanita, al verla recordaba lo que habíamos hecho antes de dormir y más de una vez nos sonreíamos en complicidad. A pesar de haber quedado sexualmente satisfecha, no podía dejar de pensar en el sexo, lo había redescubierto en una forma trascendental.


Esa noche me acosté temprano sin tener el sueño, mi excusa era que me faltaba dormir para levantarme temprano al siguiente y poder comenzar la semana con muchas energías pero en realidad se trataba de evitar el contacto con mi familia. Di vueltas en la cama, mi cabeza era una telaraña llena de ideas descabelladas, por un lado me daban muchas ganas de repetir lo sucedido, algo dentro de mi cuerpo me pedía, pero por otra parte la conciencia y la culpa me impedían llevar a cabo un cabo esta tarea. Fue una suerte que me quedé dormida, ni un nińo, un recuerdo que me pasó solo que me desperté a la mañana siguiente y me alegraba poder haber dormido toda la noche de un tirón.


*****


El lunes que comenzó con sus actividades semanales, trabajos y estudios, eso ayudó mucho a que no había tantos encuentros en la casa, pero la cena fue igual que las últimas comidas que tuvimos, silenciosas y tensas. Mi madre encendió el televisor y puso un programa local para que al menos hubiera algo con lo que distraerse. Apenas pude volver a mi cuarto para no caer en la tentación y el cometer locura que podría enfadar a alguien. El estar otra vez sola en mi cuarto me evocaba todos los recuerdos sexuales que tan frescos estaban en mi mente, no tuve más alternativa que quitaba el pantalón y la tanga para comenzar a masturbarme intentando imaginar con la mayor claridad posible cómo yo veía la montaña sobre la verga de mi padre y luego la segunda vez viniera mi tío y me la metería por la boca, la secuencia cambiaba según lo prefiero pero no dejaba de tocarse y se sentía la gran viscosidad de mis flujos vaginales cubriéndome los dedos, me estaba desesperando por la ansiedad , algo algo de acción.


Sin pensarlo levantarse de la cama y cubierta sólo para una remera blanca que no tapaba mi depilado pubis y quemar resaltar notoriamente mis pezones, salí del cuarto y caminé por el pasillo hasta el baño con total naturalidad. Mi corazón dio un salto cuando mi hermano apareció por el otro lado del pasillo que daba a la sala de estar, quería que alguien de mi familia me viera desnuda pero en realidad no creía que esto ocurría y mucho menos que se trataba de Eric. Intenté mantener la calma y la salud por la cabeza, él o siquiera yo respondí el saludo, estaba mirando fijamente mi conchita evidentemente mojada. Continué mi camino hasta el baño y me senté en el inodoro sin siquiera molestarme en cerrar la puerta, al parecer mis deseos se convirtieron aunque en parte me avergonzaba estando actuando de esta forma tan imprudente, mi hermano me hizo hasta el baño y se paró frente a mí.


-Estaba buscando -me dijo con evidente nerviosismo.


-¿Para qué? -pregunté sin mirarlo a la cara, disimuladamente me fijé en el bulto que crecía en su pantalón.


-Bueno para ... -rascó su cabeza sin dejar de mirar mi clítoris, mantuve las piernas bien separadas para que pueda verlo sin problema, mi corazón resonaba como un tambor que ...


-Dale Eric, ¿qué necesitabas? -lo apuré simulando enfado de hermana.


-¿No podés hacer pis? -cambió de tema.


-Con vos mirándome así no puedo.


-¿Like so?


-Como si fuera la mina que te querés coger en un boliche.


-¿Qué hay si fuera así? -preguntó con torpeza.


-No estamos en ningún boliche.


-Me refiero a lo otro ... a lo de coger -a pesar de lo oscuro que se notaba lo sonrojado que estaba.


-¿Qué, vos estás en pedo? -exageré mi reacción porque realmente no me molestaba para nada que me faltaba algo, pero eso sí que era un poco preocupante.


-No, es que ... el sábado ... vos me dijiste que te gustó ... y tu pensé que quizás ...


-El sábado estaba borracha y era todo un juego -su pene no dejaba crecer bajo el pantalón y yo luchaba contra la tentación de estirar la mano y tocarlo- lo que dije dije no fue en serio.


-Creo que sí lo fué, además me mirabas todo el tiempo ... y luego, cuando me moría al mismo tiempo que a papá era obvio que lo hacías con ganas.


-Como te dije, estaba borracha, hacía las cosas sin pensarlas ... Vos sí la metiste por la cola a mamá y ...


-Sí, pero lo hice porque yo quería hacerlo. A mi esa excusa de la borrachera no me va.


El muchacho era lento pero no era tan estúpido como yo creía, mi corazón dio un brinco cuando escuché que él realmente quiso darle por el culo a su madre ... a mí madre. En ese momento tiró de su pantalón hacia abajo y un oscuro y venoso peneón ante mis ojos. Estaba tan cerca de mi boca que podía besarlo con solo llevar la cabeza un poco más adelante adelante.


-¿Qué hacés Eric? -me hice la ofendida.


-¿No querés chuparlo?


-No te gusta voy a chupar Eric, no soy tu putita. Además todo el mundo nos puede ver.


-Mamá y papá están en su cuarto y no creo que salgan en toda la noche. Me dije mientras me masturbaba lentamente.


Un poco de líquido preseminal salió de la punta, a mí me hizo agua la concha. No pude contenerme, mi mano izquierda actuó por voluntad propia, la levanté y agarré esa duradera verga y comenzó a estirar el prepucio hacia abajo y luego hacia arriba muy lentamente.


-De todas las formas también están en Mayra y el tío. Nos pueden ver.


-Entonces, si no podría vernos ¿me la chuparías? -la piel de su miembro estaba seca y muy suave, mi traicionera mano derecha llegó hasta mi clítoris y comenzó a masajearlo lentamente.


-No dije eso, no te la chuparía aunque estuvieramos solos, sos mi hermano.


-Eso no importó mucho el sábado.


-Sí que me importó, pero como te dije, era un juego Eric.


Acaricié el glande con la palma de mi mano, su líquido preséminal se me pegó, no sabía qué hacer. Mi cabeza no reaccionaba, no podía pensar en nada por lo que me puse de pie, dispuesta a volver a mi cuarto pero mi hermano se apresuró a tomar por la cintura, su durara verga se hincó contra mi nalga derecha.


-Esperá Nadia, tú sé que vos también querés.


-No Eric, no quiero, ya te lo dije -mi boca decía una cosa y mi cuerpo hacía otra, moví mi cadera un poco y el glande quedó encajado entre mis nalgas, él empujó un poco hacia adelante y lo sentí chocar contra mi cerrado culito


-Si no querés ¿entonces por qué saliste desnuda de la pieza?


-Porque después de lo del sábado ya me importó poco si me venía desnuda -eso era cierto- pero no quería decir que ir a hacer algo con vos, ya no jodas Eric.


Había actuado sin pensar que creía que mis locas fantasías no se harían realidad pero estaba listo para mi hermano, me ayudó a penetrarme entre mis labios vaginales. Apretó uno de mis pechos con sus dedos y me hizo doler.


-Ay, tené cuidado, me hacés mal -me quejé- basta, soltame. Va a venir alguien y nos va a ver, Mayra puede estar en cualquier parte.


-Sí bien dónde está Mayra -me susurró el oído, su glande se las ingeniaba para apuntalar contra mi agujerito vaginal, sería cuestión de inclinarme un poco hacia adelante para que pudiera metérmelo, pero no le gusta el gusto.


-¿Dónde está?


-Vení, te voy a mostrar.


Me tomó la mano y me llevo hacia el fondo del pasillo, donde estaba el dormitorio de mi tío Alberto, su puerta estaba entreabierta, no tiene gusto de cerrar la canción que se sentó allí. Mi hermano me hizo una seña indicándome que mire hacia adentro y me acerqué a la temerosa por lo que podría encontrar. Mis temores se hicieron realidad en cuanto a que se sentaron en el borde de la cama y la pequeña Mayra arrodillada frente a él, engullendo su erecto pene con total naturalidad, parecía que la muchachita estaba muy emocionada porque su cabeza se movía rápidamente de arriba hacia abajo. No, ¿cómo llegar a eso? Pero conocía muy bien la respuesta a esa pregunta, al parecer ellos ya habían roto esa barrera familiar que nos separaba del sexo, mi tío se veía muy feliz de tener una jovencita excitada dándole una mamada y yo teníamos un hermano manoseándome las nalgas y pellizcando los labios de mi vagina Sin esperar mirar hacia adentro estiré una mano hacia atrás y agarré la duración verga de Eric, comencé a acariciarla presionando firmemente, el pene de mi padre era el que más se metía en mis truculentas fantasías eróticas, pero también me imaginé más de una vez Gozando con el de mi hermano


Di media vuelta y le señalé el pasillo a Eric, indicándole que avanzara, no quería hablar para no interrumpir la escena que se desarrollaba en el cuarto de mi tío. Cuando estábamos al frente de un dormitorio de mi hermano, tuve un impulso, lo tomé de la pared y lo llevé hacia adentro, cerrando la puerta detrás de nosotros.


-Hay algo que te quiero dejar bien en claro por pendejo -él se ha visto un poco por mi tono de voz- no me gusta que me traten de putita ni que me quieran decir barbaridades, tampoco me gusta que me peguen o me tiren del pelo -me miró intrigado como si no entendiera por qué le dije todas estas cosas- tampoco me gusta que me hablen de las cosas "tendrías que ver cómo te gusta tomar una Nadia", si algo de eso es la venta de tu boca, te olvidás de esto para siempre En resumen, no me gusta que me dominen, que hago lo que quiero cuando quiero, no voy a estar chupándotela cuando vos me lo pedís. Sos mi hermano y si querés que te haga la chupen gratis y que pagá una puta o conseguite una novia.


-Está bien, perdoname. No pensé que te ibas a enlojar tanto ... no fue mi intención, me sorprendió mucho lo que pedía perdón, normalmente no hacía falta que no fuera mi madre lo obligara.


-Creo que ya fuiste clara, pero te repito una vez más, te gusta la vida pero porque yo no lo hago, porque me has pitado a través de los ojos.


-¿De verdad lo vas a hacer?


-Sentate en la cama antes de que me arrepienta -mi corazón latía tan deprisa como la vez en que él me la metió hasta el fondo de la vagina.


Sabía que no podía estar haciendo esto y que debería irme a dormir a cuarto, lo cual me provocaba aún más morbo. Me puse de rodillas delante de él, estaba demasiado ansiosa, agarré su verga al mismo momento en que abría grande la boca y me la tragué tanto como pude, el sabor amargo en lugar de disgustarme me agradó. En cuando comencé a mover la cabeza de mi padre hacia abajo y hacia abajo, decidí quitarme la cabeza. El estar mamando fue como un sedante para mí, poco me hizo con la tranquilidad de disfrutar el momento, me sacaba ese duro miembro de la boca y la daba lamidas como si fuera una paleta helada. No dejó de pensar todo el tiempo que se fue del pene de mi hermano, ya que era el incentivo extra, la verdadera razón por la cual me estaba comiendo.


Noté que mi hermano se movía y levantaba la mirada para ver qué hacía sin dejarme la cabeza y me salía con la suya para buscarla con su celular directamente.


-¡No pará! -Aparté el aparato con una mano- ¿Qué hacés?


-Quería tener una foto de esto para ... para cuando esté solo.


-Sí, quiero fotos para ver que no sean de mi cara. Imagina todos los problemas que tienen una persona que quiere tener una foto de tu hermana que está haciendo un pete. No hay mar tan pelotudo Eric.


-Bueno, perdón.


Dejó el celular sobre la cama y yo reanudé mi tarea, tomó los pelitos y me pasó con la lengua hasta engullir su glande, todo lo hizo por instinto, me dio cuenta de que a él le gustaba mucho lo que hacía porque no dejaba de jadear .Que admitir que esto del sexo oral no estaba nada mal, debía sumarlo a mi repertorio sexual. Ganas de decirle "Me encanta tu verga, me la comería todos los días", pero mi orgullo de hermana me impide hacerlo. No quería que supiera qué tan loca me ponía ese erecto y firme cilindro de carne. Mientras que una vez más puede tener una cámara oculta, la vista desde la posición que no puede ver lo que ocurrió pero el viscoso ruidito que provocaban los dedos al frotar rápidamente contra mi clítoris me dejaban en evidencia, no me importó, en parte quería que él supiera que me estaba pajeando delante suyo. Después de estar un tiempo considerable haciendo esto, me puse de pie.


-¿Vis querés fotos para masturbarte cuando estés solo? -Miró al piso avergonzado pero al final asintió con la cabeza, entonces no me sacaron algunas, pero con la condición de que no se mira mi cara.


Me quité la remera quedando completamente desnuda, con mis grandes tetas sacudiéndose con cada movimiento que hacía. Eric me miré petrificado, siguió con la pija bien dura y sus ojos no dijo abasto, no sabía si mirar los pechos o la conchita, le hice una seña con la mano para que se apurara y lo tomó torpemente su teléfono, de inmediato lo apuntó hacia mi entrepierna y tomó un primer plano de mi rajita mojada. Separé un poco más las piernas para permitirme las mejores fotos, me gustaría tener un ojo que me salga con mi hermano masturbándose en la fotografía de la novela que me había asesinado pero todo lo que había pasado el sábado de Strip Póker que había dejado una incontrolable y morbosa calentura .


-¿Puedo sacar una foto de tu cola?


-¿Te gusta mi cola? -pregunté como si no supiera la respuesta.


-Sí, me gusta mucho -él me miraba como un cachorro al que le quedan por dar un hueso para roer.


-¿Qué fantasearás con mi cola? -la pregunta fue más para mí que para él, pero de todas las formas me preguntó curiosidadlo.


-Muchas cosas.


-¿Cómo montar? Contame -le pedí mientras me ponía en cuatro patas sobre el colchón apuntando mis blancas hacia él- ¿Qué me harías en la colita? - estaba descontrolada, ni yo daba crédito a mis propias palabras.


-Lo mismo que a mamá -su respuesta hizo que mi cabeza volara a un mundo de lujuria y fantasía; Abrí mi colita con las manos y permití que él fotografiara a gusto mi agujerito- ¿Alguna vez te la metieron por el culo Nadia? -hubiese asesinado a mi hermano si me hubiera preguntado eso es solo una semana antes, pero no reaccioné de esa forma.


-Nunca me la metieron por ahí, una vez un ex novio lo intentó pero no lo dejé.


-¿Por qué no lo dejaste?


-Porque la tenía chiquita, si me faltaba un metro por el culo quería una verga bien grande -esto era mentira, el único motivo por el cual era tan difícil pero esto no lo sabía y mi boca quería decir barbaridades para que todo mi cuerpo reaccionara .


-¿Una grande como la mía? -el chico no era tan tonto, había captado la indirecta.


-Podría ser ... o como la de papá -estaba confesando que quería que mi viejo me rompiera el culo, esto me excedía por completo pero no podía detenerme- ¿me gustó la metérsela por la cola a mamá?


-Sí, me gustó mucho. Lo más lindo fue que al principio no quería entrar, pero cuando entró fue increíble, mamá tiene un culito muy lindo -me ponía más cachonda, el escucharlo hablar de esa forma de mi madre; me giré acostándome boca arriba, con las piernas bien abiertas, el tuyo también me encanta.


-Vos te debes hacer muchas pajas -no fue una pregunta, me pareció algo obvio- ¿Alguna vez te pones pensando en mí? -abrí mi conchita con los dedos no solo para que pueda fotografiarla también para incentivarlo a contestar.


-Sí, muchas veces -confesó avergonzado.


-¿Y qué pensabas? ¿Qué querías hacerme cuando imaginabas esas cosas?


-Te ... te quería coger y te quería chupar las tetas, cuando te la metí el sábado casi me volví loca, fue un sueño hecho realidad -se acercó más a mí, tanto que su madre quedó casi apoyada sobre mi vulva, yo estaba yo perdiendo en la calentura y me costaba horrores contenerme.


-¿Cómo querías cogerme, de qué forma?


-Metiéndote la verga, ¿acaso hay otra forma? -me dieron ganas de putear porque yo estaba sacando del juego pero intenté mantener la calma y redirigirlo.


-Hay muchas formas de meterla -le acaricié el glande con la yema de mis dedos sin dejar de tocar la vagina con la otra mano- ¿cómo lo imaginabas vos?


-Bueno, te imaginaba acostada con las piernas abiertas y yo pedías que te la meta.


-Pero sabías muy bien que eso no podía pasar -él pie mientras apuntaba hacia mi agujerito su dura verga.


-De todas formas a mí me gusta gusta imaginarlo -permití que la punta de su miembro se entra en mi vagina lentamente, suspiré cuando todo el glande estuvo dentro.


-Esto es algo para lo que se puede sacar una foto, así que me gustaría tener algo con lo que imaginarme mejor la situación -Eric se apresuró a tomar una foto de su pene perdiéndose en mi interior pero no más tiempo del necesario, la saqué y rápidamente me puse de rodillas en la cama- ¿creés que con eso ya vas a tener suficiente?


-Sí, gracias hermana, sos la mejor. La mejor hermana del mundo.


-Prometeme que nunca se las vas a mostrar a nadie, ni a tus amigos.


-Te lo prometo, esto no lo va a ver nunca nadie.


-Solamente vos, mientras te pajees -me sentía actriz porno pero con qué naturalidad me salía todo, acariciaba una vez más su verga- ¿de qué otra forma imaginabas metérmela?


-Este ... te imaginaba a vos arriba mío, pero estabas agachada ...


-¿Agachada cómo? No entiendo.


-Es decir, yo estaba acostado -lo empujó presionando su pecho hasta que no tuve más remedio que acostarse boca arriba.


-¿Así?


-Sí y vos te ponías como una rana arriba mío.


-¿Como una rana? ¿Qué es esto? ¿Qué es lo que intento decir, me puse en las cuclillas, las plantas de las pies en el colchón y las rodillas flexionadas, su erecta era justo delante de mi abierta concha?


-S .. sí, así -tartamudeó- y vos bajabas hasta que la metía entera.


-Eso no está bien, Eric, no me entró toda de una vez, la tenés muy grande, los ojos me parecían dos platos, no me quedé de mirar, mi entrepierna y la hija que tenía esta cercanía con su pene-debería haberme dicho que me las metías de a poquito, hasta que me entrara toda -me pronto me hizo la sexóloga con mi hermano cuando yo solo tenía más experiencia que él -fijate bien -él dije al mismo momento en que bajaba y su glande se enterraba suavemente en mi agujerito- ¿ ¿Cómo es eso?


-Un poco ... pero parece que estar estaba abierto.


-Eso es porque me estoy dilatando -hacer un poco más y sentí la rigidez penetrándome- acordate siempre de esto cuando estés con una mujer, no intentes clavársela de una vez, a muchos nos gustan los jueguitos.


-Nunca me imaginé que tu conchita sería tan linda, Nadia.


-¿Te gusta? -Me froté el clítoris- ¿entonces era como imaginabas cogerme?


-Sí, así que, en esta misma posición -mené mi cadera provocando que el pene siga enterrándose lentamente, mi pecho palpitaba de puro gusto.


-Pero yo tenía la metida hasta el fondo, ¿cierto? -Continué bajando hasta que mis nalgas chocaron contra sus testículos, ya no podéis meterla más- ¿sabés una cosa? Nunca me había metido una verga tan grande.


-¿Y te gusta?


-Me encanta, está muy bueno. No sólo porque es larga sino también ancha, eso hace que me dilate mucho -recorrí con mis dedos los tirantes labios internos de mi vagina- acordate que eso te va a conseguir muchas mujeres -dije moviéndome lentamente en círculos.


-Esto es lo que imaginaba -mientras hablaba acariciaba mis pechos- nunca pensé que podía verlo -su verga parecía palpitar en mi interior- la tenés muy abierta ...


-Cuando te vas a mover pensando en esto ¿me movías mucho? -Asintió con la cabeza mirándome a los ojos- ¿algo así? Aceleré el movimiento de mi cadera y mi respiración comenzó a agitarse.


-Sí así.


-¿También lo hacía de arriba abajo? -Asintió una vez más- ¿De esta forma? - me levanté haciendo fuerza con mis rodillas y sentí el pene deslizándose en mi vagina, luego bajé de golpe y este me clavó una vez más hasta el fondo, repetí la acción una vez más.


-Sí, pero más rápido -me dijo tomándome de la cintura.


-¿Así de rápido? -Pregunté al mismo tiempo que comenzaba a dar salitos sobre su larga verga, esta salía casi completa de mi conchita y volvía a entrar rápidamente, ¿así te gusta? -jadeé sin dejar de moverse.


-Sí, me encanta. Lo hacés muy bien.


Mis tetas saltaban descontroladamente, me cerré los ojos y la cabeza para atrás, no podía detenerme y no podía dejar de fumar, me estaba cogiendo a mi hermano, definitivamente lo estaba haciendo y me encantaba. Aceleré mi frenética danza todo lo que pude, mi vagina sufría por el tamaño que tenía un pedazo de carne pero era un sufrimiento placentero que me hacía alirar de placer.


-Tomá, filmalo -le dije alcanzando su celular- pero que no me ves la cara ... y no hables.


Él me hizo caso, rápidamente programó el aparato para que grabara la secuencia y apuntó el lente a mi entrepierna, procuré no mucho más para que no se sepa que era mi voz pero no tenía movimiento de loca, lo pedí que lo filmara porque yo daba mucho morbo y además yo misma quería tener un recuerdo de la primera vez que me cogí a mi hermano, al menos de forma oficial. Mi vagina salpicaba los jugos mientras que el pene la castigaba, el video seguramente duraba una buena cantidad de minutos porque no había ningún momento, todo dependía de que pudiera aguantar mi hermano, pero no tenía movimiento en absoluto, tenía ganas de pedir que lo hiciera pero no quería dejar mi voz registrada en la grabación por lo que agregué un vaivén a mis saltos, cuando teníamos toda la verga en mi interior por unos instantes atrás.


Sólo cuando estuve seguro de que había dejado de grabarme, dejando mi conchita descansada por unos segundos, estaba increíblemente mojada, eso era algo que me avergonzaba un poco pero no podía evitarlo. Se trata de una reacción natural de mi cuerpo, la era antinatural estar cogiendo con mi propio hermano. Me puse en cuatro y apunté mi cola hacia él.


-Dale, metemela -le supliqué; él se posicionó detrás de mí sin perder el tiempo y apuntó su glande a mi agujerito trasero- no, por el culo no- pero él hizo caso omiso de mis palabras, comenzó a presionar hacia adentro, la gran lubricación que le había brindado mi vagina le estaba facilitando mucho la tarea, con una sola persona se aferraba a una de mis nalgas y con la otra apuntaba su esta hacia mi cuevita virgen- ¡Ay! No, Eric, yo soy un mameluco.


-Vos dijiste que querías una verga grande como la mía -estaba haciendo tragar mis propias palabras.


-Dije que tenía que ser grande, pero no dije que tenía que ser la tuya -intentó meterla una vez más pero mi orificio se resistía- ¡No Eric, pará! Me vas a lastimar -intenté apartarme pero él me tomó rápidamente de un brazo, mi fuerza física no podía competir con la suya- basta te digo, me hizo hacer eso en lo lindo, el momento en que se vivió, me quedé al garete, me quejaba pero intentaba con susurros para no alterar a toda mi familia, el pene se está presionando de manera peligrosa, mi ano y otra vez no voy a entrar, salí te digo.


-Vas a que te va a gustar, a mamá también le dolió al principio pero se aguantó.


-Pero yo no soy como mamá ... ¡Ay! -esta vez sentí miedo de verdad, el glande había logrado hincarse en mi culito, lo hizo de golpe, como si fuera un tapón demasiado grande que se presentara en el pico de una botella- ¡Ay no, no! Soltame Eric, por favor, me estas haciendo mal.


En ese momento retrocedió hasta sacarla completa, sentí un leve alivio porque creía haberlo hecho, pero tuve que volver a dispararme y volver a dispararme, pero me dio la vuelta. dolor. El muy desgraciado estaba tensando el brazo hacia atrás y apoyó su mano derecha contra el centro de mi espalda, obligándome a levantar más la cola. Este tipo de comportamiento me había puesto como loca en otro momento, detestaba que mi hermano abusó de su fuerza por ahora pero esta vez era muy diferente, estaba demasiado excitada y hasta sentía un pene entrando dolorosamente por la puerta de atrás me producía un intenso calor que recorría todo mi cuerpo. De todas las formas continuas luchando para intentar zafarme, pero era imposible, esa verga dura como roca seguía hundiéndose en mí como si no me importara en lo más mínimo si mi culto podría albergarla o no.


Eric la sacó una vez más pero sabía lo que vendía por lo que procuré relajar un poco el esfínter, esta vez la penetración fue más limpia y profunda, creía tener al menos la mitad de la longitud total de su pene adentro.


-Por favor hermano, yo duele -supliqué entre jadeos- otro día probamos, hoy no ... si querés metemela por el otro lado -intenté negociar con él.


-Vas a ver que te va a gustar -insistió; acto seguido me tomó del pelo - me sentí como una putita - esto me enfadó, todavía más.


-¡No basta, te estás pasando Eric! Te dije que eso no me gusta, soltame el pelo.


Pero él no escuchó mis palabras, volvió a retroceder y comenzó un lento bombeo que me produjo una sensación inesperada, era extraño, como si mi culito hubiera terminado de esa vergüenza que me producía el dolor pero a la vez me gustaba la forma en que esto entraba mientras me esforzaba por sacarlo. El movimiento siguió y ese pedazo de carne se deshizo con rapidez, sirvió de punto de grito de bronca y dolor cuando sentí algo húmedo y tibio llenándome las entrañas. Había terminado, al parecer no pudo aguantar más y eyaculó dentro de mí, creí que ya se había terminado todo pero aún quedaban segundos segundos de sufrimiento, su pene no dejaba escapar el semen directamente dentro de mi culito. Cuando por fin la sacó me giré y quedé acostada boca arriba sobre la cama jadeando con fuerza e intentando recobrar el aliento, lo miré con el ceño fruncido y él parecía sorprendido y asustado.


-¡Lo arruinaste todo, pelotudo! -me quejé mientras me sentaba en la cama-como siempre, cada vez que hacemos algo, lo que arruinas todo -comencé a darle golpes en su pecho cubierto por finos pelitos negros pero este era tan firme y mis brazos tan débiles que ni siquiera se hacía una mueca de dolor- ¡Te odio Eric, sos un pelotudo!


Tan rápido como pude, me puse de pie y salí de su cuarto, caminé directamente hacia el baño y abrí la ducha, me sentía tan bien físicamente como emocionalmente, me metí bajo la lluvia y mi cuerpo reaccionó al instante, sabía muy bien que todas las quejas hacia mi hermano han sido exageradas, producto de mi orgullo, no está tan enfadada con él, solo un poco molesta porque no me hizo caso cuando me pedí que no me la metiera por atrás, pero admitía que los últimos instantes no me parece tan malo. Me molestó su forma de actuar pero físicamente lo disfruté, me sentí confundida y obnubilada, comencé a masturbarme lentamente rememorando en mi mente todo lo que había pasado intentando pasar por alto la pelea, me centré solo en la parte física. Mi cuerpo reaccionaba de forma diferente a mi mente, mis dedos parecían una pequeña cosa al lado de la verga de Eric, hasta llegué a pensar en ir a buscar otra vez pero mi orgullo me impedía hacerlo, ya lo había gritado y ya había montado todo un escándalo, no puede retractarme tan fácil, de hecho no lo hizo durante varios días, ya me conocía, aunque en este momento comprobaba que ni yo sí me conocía tanto como pensaba, no podía creer que hubiera tenido un cogido con él por propia voluntad y El número por el que era más culpable que el de su madre, que había hablado de más y no podía ser enfadado con él por ser tan bruto, además, sabía perfectamente que la mujer podía llevar a cabo una tarea y decir locuras. Él siempre me hizo una relación con su fuerza pero esta vez lo había hecho de una forma totalmente diferente ... y me excitó, por más que lo tuve que hacer durante todo el tiempo, no pude negar lo mucho que me había excitado con la situación. Llegué al orgasmo y me vi obligada a ponerme de rodillas en el piso del baño sin dejarme masturbarme frenéticamente.


Minutos más tarde regresé a mi cuarto y encontré a Mayra durmiendo desnuda en su cama, estaba segura de que se había masturbado y que podía haber visto la humedad en su sexo, la muy buena ni siquiera se había levantado a lavarse pero no la culpaba, a veces yo misma hacía eso. Me tendí en mi cama e intenté desconectar mi mente, sin lograrlo. Concilié el sueño pensando en el sexo, especialmente en el sexo con los integrantes de mi familia, una de las últimas cosas en las que pensé antes de dormir en la verga de Eric clavándose en mi culito y la varonil fuerza de mis brazos, si alguien en el mundo tenía que venderme, me gustaba que fuera él, aunque jamás admitía.


*****


Al día siguiente ni siquiera vi a mi hermano, era tan solo un avergonzado que se esforzó por esquivarme todo el tiempo y al parecer lo consiguió. Por suerte, no tuve dolor en mi cola luego de lo que pasó y agradecí que él nunca hubiera llegado a una clavármela completa, de lo contrario sí que lo hubiera dolido. Me molestaba un poco y no poder decir que al menos mi culito sigue virgen. Cuando esa noche me dormí, pude escuchar a mis padres manteniendo relaciones, parecían estar mucho más activos que antes, ellos no tuvieron los mismos que tuvieron algo de acción, Mayra se estaba tocando mientras escuchaba los gemidos de mi madre, yo me sentía un tanto preocupada por lo que no llegué a excitarme. Evitaba hablar con mi hermana para que no saliera a la colación el tema del acto sexual que llevamos a cabo, al parecer ella pensaba que yo también lo sabía cuando me hablaba de forma casual, sin extender mucho la conversación. Mi mente estaba hecha para laberinto y no sabía cómo salir, me la pasaba todo el tiempo, debatiéndome si debería o no intentaba algo más con Eric ... o quizás con algún otro miembro de mi familia. Me estaba volviendo loca pero por suerte me quedé dormida.


Por la tarde me di cuenta de que las únicas personas en la casa éramos mi mamá y yo, por lo que aproveché la oportunidad para hablar de muchos temas que me atormentaban.


-Mamá, ¿qué pensás vos del sexo anal?


-¿Por qué me lo preguntás?


-Es que cuando te vi ... o sea ... cuando Eric ... te la metió, parecía que estaba pensando -dejó los papeles que estaba leyendo sobre la mesa y se quitó los anteojos para mirarme fijamente.


-Vení, vamos a pieza. Necesito hablar con vos y me viene al pelo que me he preguntado sobre ese tema.


Fuimos juntas hasta su cuarto y nos sientan al borde de la cama.


-Cuando Eric hizo eso algo cambió, no te lo voy a negar.


-¿Te gusto? -No me respondió, vamos mamá, necesito que hablemos claro, sin dar vueltas o me voy a volver loca. Decime la verdad.


-Está bien, mejor que lo hablemos de esa forma. Sí, me gusta mucho, más de lo que yo creía, por eso me sentí tan mal al otro día, una cosa era jugar esos jueguitos y otra vez era realmente disfrutado.


-Pero mamá, todos lo disfrutamos, solo tenías que prestar atención a la cara que teníamos en ese momento.


-Sí puede ser, pero de todas formas me envía culpable, es mi hijo, además ...


-¿Además qué?


-Además tu padre se dio cuenta que me gustó ...


-¿Se enojó?


-No, para nada Todo lo contrario, le espera excitante. Es un tipo raro de viejo, a veces reacciona de formas totalmente inesperadas, a pesar de todos los años que llevamos casados, todavía me sorprende. Esa misma noche me hizo pensar que lo hacía por atrás y no pude negarme, pero no me negué por las razones, la primera es que es mi marido y yo siempre intento complacerlo, la segunda porque yo también me moría de ganas, así que lo hicimos


-¿Y el tío cuando entró?


-Cierto ... tu tío -se estrujó las manos nerviosa.


-Mamá, dijimos que íbamos a hablar claro.


-Sí lo sé, pero igual me es difícil. Tu tío entró cuando lo estaba haciendo y bueno ... estaba tan cachonda que ni siquiera lo preguntábamos, lo invité a que se uniera a nosotros.


-¿Él también te la metió por atrás?


-En un momento sí ... también.


-Así que te metieron tres vergas en una noche -dije sonriendo para aliviar un poco la tensión- qué aguante mamá.


-La verdad que sí, pero más agudo que lo que tenga con tu padre ...


-Porque la tiene más grande.


-No, porque todos los días quieren metérmela por atrás. Todos los días -resaltó esas palabras.


-¿Y vos lo dejás?


-Claro, pero no te voy a mentir, a veces me arde un poco, por más que usemos el lubricante. Por eso quería hablar sobre este tema, necesito que me hagas un favor, me dijo cuando me ponía de pie y comenzaba a desprenderme de su pantalón de jean.


-¿Qué necesitás?


-Quiero que me miras porque tengo miedo de que tu padre me haya lastimado.


-¿No deberías ir a un médico mejor?


-Si ves algo raro, sí voy al médico, está desnudo completamente de la cintura para abajo y se tiende a la boca abajo en la cama.


-All Right.


Me acerqué un poco más a ella, podía ver su peluda con los labios rugosos y carnosos, separé sus nalgas con las manos y me encontré con el agujerito de su culo, este se abrió un poco por lo que me pasó verlo bien.


-No veo nada para preocuparse mamá, solo parece estar un poco irritado ... y abierto. Digamos que te rompieron el culo, pero de buena forma.


-¡Nadia! No me digas esas cosas -se rio- bueno, al menos me quedo más tranquilo, pero de todas las formas fijate que en mi ropero hay una crema hidratante, es buena para este tipo de cosas ... porque no arde. Traela.


Obedecí sin chistar y traje conmigo un pote blanco, el saqué la tapa y pude ver que estaba casi completamente lleno con una crema del mismo color.


-¿Me pasás un poco? -me pidió.


-¿Yo por qué?


-Porque ya estás acá, dale Nadia yo te di las pastillas anticonceptivas.


-Pero no tuviste que metérmelas por el culo.


-Pero lo había hecho, de ser necesario, si querés la próxima te la doy así.


"No gracias, no creo que sea una ... me quedé helada al recordar que Eric me la metió por la vagina, si bien no acabó dentro de ella existía el riesgo de quedar embarazada por cierto, ¿cuánto tiempo tenía para tomarlas después? Delaware…? -pregunté en tono casual mientras empezaba a untar su colita con crema.


-Ay, está fría -se quejó pero sin embargo se separó las nalgas usando sus manos- una setenta y dos horas, ¿por qué?


-Para sabre en caso de que las mujeres lo pasen bien -con la edad de mis dedos acaricié su maltratado ano- Mamá, ¿qué pensó después de que Eric te la metió?


-Que bueno que lo preguntes, tenía un nudo en la garganta y qué contarle esto a alguien.


-Bueno, podés contarme con confianza, yo no voy a decirle nada a nadie.


-Antes tengo que contar algo que pasó hace unos meses -mis dedos se quedaron quietos contra el agujerito posterior de mi madre, no pensé que podría haber pasado algo por delante de mi hermano masturbándose en su habitación, tú llegaba a trabajar y él tenía la puerta abierta, era imposible no verlo. Esa imagen me impactó mucho, lo peor fue verlo eyacular.


-Para colmo a él le salen doscientos litros de leche -mi corazón se aceleraba por lo que yo estaba contado.


-Sí, es algo increíble, no sé de dónde saca tanta. La cosa es que usted me puede acercar con un pañuelo descartable en la mano y ... se la limpió mientras le daba la típica charla sobre el sexo que las madres pero ... pero la verdad es que fue una excusa, yo lo quería. Me avergüenza mucho decirlo, me sentí una mierda de persona al hacer -por la tensión clavé mis dedos en su culito hasta que entró la primera falange de ambos- por eso necesitaba hablarlo ... descargarme. Sé que estuvo mal pero me provocó mucho hacerlo.


-Te entiendo, a mí me pasó lo mismo el sábado ... es que la tiene grande.


-No es por eso, tu padre también la tiene grande. Acá fue otra cosa, a mí me produjo algo que me salía a la madre, a mi mujer, a mi hijo, a mi mujer, a mi hijo, a mi hijo, a mi hijo. que había algo raro, desde ese día se comportó de otra manera conmigo.


-¿En qué sentido?


-En un sentido más ... sexual. Cada vez que podía se paraba cerca de mí, me acariciaba una pierna o intentaba tocar la teta, a veces hasta que llegaba a la vez mientras yo estaba cocinando.


-Nunca lo vi hacer eso.


-Es que él siempre fue cuidadoso, lo quería cuando solo solos.


-¿Y vos qué le decías?


-Ese es el problema, yo no le decía nada. Lo dejaba hacer lo que quisiera. Hubo ocasiones en las que los roces se pusieron tan fuertes que se puso dura, a mí me llenaba de morbo al sentirme contra mi cola o más abajo.


-No sabía todo esto mamá.


-Fue como un jueguito prohibido, pero no puedo negar lo mucho que me calentaba, a veces llega a tu padre y tu me tira la cabeza para que lo haga, lo peor de todo es que te gusta con Eric -volví a poner crema en mis dedos pero esta vez los clavé directamente en su colita- no te imaginás lo que me siento a veces ... y lo bien, porque la pasaba bien.


¿Qué fue lo máximo que llegaste a hacer? -me di cuenta de que mi vagina se estaba humedeciendo.


-Eso fue la semana pasada -pudo ver un líquido transparente chorreando por el canal que formaban sus labios vaginales- él estaba arribado en la cocina y ... no me aguanté. Se la agarré por arriba del pantalón, la tenía muy dura.Soy una enferma, me calienta mi propio hijo.


-No digas eso mamá. Antes de lo que pasó el sábado que me hizo enojado con vos, no te lo voy a negar, pero luego de vivirlo en carne propia, sé muy bien lo que tenía sentido, a mí también me calienta ... me calienta Eric y me calienta papá ... hasta el tío me calienta -fue como liberar mi alma, romper las cadenas, sacar del interior eso que tan guardado tenía- ¿por eso insistir tanto en que juguemos Strip Póker?


-Sí la verdad que sí. Sabía que todo lo que estaba mal y quería ver que pasaba, hasta que pude llegar, que podía asegurar que superó mucho mis expectativas, nunca creí que llegaríamos a tanto. Nunca imaginé que Eric me la metería de esa forma ... y por la cola, por eso ahora me siento tan culpable.


-A mí también me la metió.


-Pero con vos diferente, solo la dejó adentro. A mí me dio duro y parejo. Hasta tuve un orgasmo -mis dedos entraban y salían a ritmo constante de su culito, ella parecía ignorarlo por completo.


-Antes de ayer ... me acosté con Eric -giró su cabeza para mirarme, no parecía tan sorprendida como lo esperaba.


-¿De verdad?


-Sí, no fue algo planeado, solamente se dio así. Perdón mamá, sé que estuvo mal, sé que él es mi hermano, pero no me aguanté ... insistió tanto que ...


-No tengo nada que perdonarte hija, soy quien tiene menos autoridad moral para decirte algo. Si te acostaste con él, espera que lo hayas disfrutado, baila la cabeza como si estuviera avergonzada, mi corazón dio un salto al escuchar esas palabras.


-De hecho no estuvo tan bien como imaginaba, Eric es un poquito bruto.


-Decímelo a mí, casi me parte en dos. ¿Por qué preguntaste lo de las pastillas?


-Sí, creo que voy a necesitar otra.


-Creo que vas a tener que empezar a tomar anticonceptivos.


-No pienso repetirlo ...


-No importa, es mejor prevenir, uno no sabe cuándo puede ganar la calentura y tenemos que convivir todos juntos. Yo tengo la gran suerte de tener un padre, para que me saquen las ganas, pero ustedes no tienen para nadie, es un punto de vistale que vi a Mayra practicando sexo oral al tío pero preferí no hacerlo, ese era asunto de mi hermana y si ella quería contarlo, para hacerlo


-Mamá -dije mirando su suculenta y mojada conchita mientras mis dedos se enterraban hasta el fondo de su colita- cuando me la chupaste a mí ¿te produjo el mismo morbo que con Eric?


-Me produce más.


-¿Más, de verdad? -llevé una mano a mi entrepierna y comencé a acariciarla.


-Claro que sí, nunca había tenido una vagina y además era mi hija, eran demasiadas cosas nuevas juntas, te juro que no podía creer que ...


En ese mismo instante dejé salir mis instintos sexuales, me zambullí entre sus nalgas y di una lamida a su conchita saboreando sus flujos, ella se sobresaltó y giró rápidamente en la cama, tuve que retirar mis dedos para no lastimarla, me miró fijamente durante unos segundos, pareció confundido pero luego no tomó una decisión en sus ojos, abrió las piernas y presionó mi cabeza hacia abajo. Comencé a chupar intensamente, esta vez no había alcohol y las reglas de juego que me obligaban a hacer algo que no se podía hacer simplemente mi locura y mi calentura, que estaba comiendo la concha a la mujer que me daba la vida y esto me producía una calentura increíble que Solo puedo comparar con la que sentí al acostarme con mi hermano.


Metí sus gruesos labios vaginales en mi boca, sentí cómo yo la llenabas y los succioné sorbiendo todo el jugo que había sobre ellos, mi fantasía erótica no era por las vaginas en sí, no me atraían otras mujeres, esto me pasaba con mi madre ... y con Mayra también, no puedo evitar recordar el sabor de la vagina de mi hermanita pequeña, ése fue un incentivo extra. Cuando solté la rugosa carnosidad que colgaba del sexo de mi madre comencé a lamer su clítoris, ella comenzó a levantarse cuando se sacudía en la cama y presionaba mi cabeza. Comencé a desnudarme sin dejar de chupársela, lo quería en mi pantalón y mi bombachita, en cuanto lo hice me acomodé sobre esa hermosa mujer de forma que pudiéramos comernos los sexos mutuamente, ella no se opuso, se aferró a mis nalgas y en una abrir y cerrar los ojos ya me estaba comiendo con decisión. Ambas actuó por puro instinto, no tenía experiencia en el sexo adolescente pero ella tenía mucha más experiencia que yo en el sexo, hablando en términos generales, por lo que comencé a imitar sus movimientos, si ella me succionaba el clítoris yo hacía lo mismo con el su, si me metía los dedos, yo le metía los míos. Giramos sobre la cama como poseídas por un demonio lujurioso. En mi cabeza resonaba constantemente la frase "estás cogiendo con tu mamá" y mi corazón parecía estar a punto de estallar en mil pedazos.


No sé cuánto tiempo estuviese haciéndolo pero sé que fue menos de lo imaginado que el otro no nos ayudó a llegar al clímax. Mi vagina comenzó a expulsar jugos que mi madre bebió con mucho gusto y pocos segundos después tuve el gran placer de recibir una descarga sexual suya en mi cara. Me pareció increíble que las acabáramos de esa forma, pero se disfruta muchísimo.


Intentando relajarme a mí tendí boca arriba en la cama, me dolía el vientre por los espasmos sexuales y estaba toda empapada de sudor y jugos vaginales.


-De esto ni una palabra a nadie -me dijo mi madre sin moverse de su sitio.


-¿Te gusto? -pregunté como si no hubiera escuchado.


-Más de las imágenes que nunca se movió en la cama y luego se acostó a mi lado, mirándome a la cara- Nadia, ¿pensás que estoy loca? Por hacer todo esto ...


-Puede que sí lo estés ... pero si tú estás loca entonces yo tengo la misma locura que vos.


-Me hiciste sufrir mucho el sábado.


-¿Por qué?


-Porque no dejabas de decir lo que estaba haciendo esto.


-Sí mamá, pero era lógico pensar eso. Es más, lo seguiría pensando en no haber disfrutado tanto lo que vino después. Sabía que estaba mal pero me calentaba mucho. A veces, no me digas que realmente me siento mal por la respuesta, pero la verdad es que no lo veo de esa forma, vuelvo a jugar a ese juego otra vez y lo disfruto desde el principio. Eso te aseguro ¿Vos lo tocaías otra vez?


-Puede que sí, no te voy a negar que lo piense varias veces durante estos días pero que algo me asusta un poco.


-¿Qué cosa?


"No sé qué pensarán los demás después de lo que pasó, porque con tu padre y tú solo hablarás del tema, solo ese mismo sábado, cuando me pidaste por la memoria por atrás, pero después de eso, no supe lo que piensa al respecto, tampoco sé que piensan Mayra y tu tío. Ni Eric.


-Bueno, Eric piensa con la verga, si a él le das la oportunidad de meterla una vez más en ese culito -acaricié una de sus nalgas- él va a acceder completamente.


-De todas las formas sería bueno que le preguntes.


- ¿Y tú averiguo lo que opinan todos ustedes organizás otro encuentro de Strip Póker?


Todos están de acuerdo sí, aunque sean necesarios cambios en las reglas.


¿Qué cambios?


-Después te cuento, primero tenés que asegurarte que todos quieran jugar.


Acordamos que tú eres la que habla con todos de forma individual, que tiene mi madre de mi lado y que me resulta mucho más fácil, ya sabía que no era la única vez mentalmente distorsionada, ahora dependía de mí que el juego se repita.


Continuará ...





ME ACOSTÉ CON UNA GORDIBUENA

Me acosté en un viaje de la universidad, con una chica que ya medio me gustaba. Como eramos del mismo equipo de una exposición, nos quedam...